Análisis del Documento Conclusivo de Aparecida que el Papa Francisco le dio a Cristina Fernández. NOTA 4/5

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BUENOS AIRES (TV Mundus).- El Papa Francisco le dio a la Presidenta argentina Cristina Fernández un volumen con el Docimento Conclusivo de Aparecida, lugar sagrado en Brasil en el que se había reunido la Conferencia Episcopal Latinoamericana. El equipo de Notas Cristianas, integrante del Grupo Tecum – Novo MundusNET había publicado oportunamente cinco notas en donde se analizaban algunos de sus ejes. Los primeros análisis de los especialistas católicos romanos indican que ese documento podría ser la orientación del primer Papa latinoamericano, quien fue uno de los redactores finales.
TV Mundus republica aquí esa cinco notas publicadas a finales de 2008 y principios de 2009.

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APARECIDA IV. La crisis de nuestra Iglesia.

“Para la Iglesia Católica, América Latina y El Caribe son de gran importancia, por su dinamismo eclesial, por su creatividad y porque el 43 % de todos sus feligreses vive en ellas; sin embargo, observamos que el crecimiento porcentual de la Iglesia no ha ido a la par con el crecimiento poblacional. En promedio, el aumento del clero, y sobre todo de las religiosas, se aleja cada vez más del crecimiento poblacional en nuestra región”. (DOCUMENTO CONCLUSIVO de APARECIDA, Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, 2007, Párrafo 100 a).

Por Daniel do Campo Spada

La crisis, entendida como un momento de dificultades en la extensión de la palabra de Cristo en nuestros discursos sociales, es un tema que lamentablemente se ha vuelto recurrente en estas reflexiones. Y quizás ese sea el mejor termómetro de que el problema está entre nosotros. Templos vacíos, escasas donaciones, muy pocas vocaciones, escasa presencia mediática y hasta la particularidad de que los practicantes somos miramos (en un país considerado católico) con la misma simpatía con que se observa a las minorías culturales. Ayunar, rezar, hablar de Dios, se han vuelto rasgos de un “loco lindo”, cuando deberían ser considerados “normales”.
Al momento de escribir estas líneas estábamos celebrando las Pascuas de 2009 y hasta el deseo de Felices Pascuas pasó a ser la oportunidad de que mucha gente manifieste no creer, decir que no le importa, y hasta dar comentarios banales sobre la oportunidad de vacacionar en Semana Santa.
El Documento de Aparecida, sin embargo reconoce unos párrafos después del citado que “lamentamos una auténtica obediencia y de ejercicio evangélico de la autoridad, las infidelidades a la doctrina, a la moral y a la comunión, nuestras débiles vivencias de la opción preferencial por los pobres (…) contrarias a la renovación del Concilio Vaticano II”1. Quizás allí esté el origen de nuestra caída en el favor popular.
En otras líneas, creo haber contado que un Monje de un Monasterio bonaerense ante mi incertidumbre me dijo que había que serle “fiel a Cristo, mas que a la Iglesia”. Cuando en los 50, 60 y 70, y sobre todo en América Latina había florecido una corriente de pastores católicos que se ponían al lado de sus ovejas, animándolas a llevar el mensaje cristiano de hermandad, solidaridad y amor a Dios, poniendo el cuerpo por ello, un grupo, que durante varios siglos representó lo más triste de nuestra historia, armó lo que se llamó “restauración conservadora”. Algunas órdenes crecieron al calor de esos nuevos aires, las que junto a uno de los Santos Padres de los más carismáticos que hemos tenido cambiaron la Iglesia. Los resultados los vemos hoy. Seminarios vacíos y sociedades secularizadas en el mal sentido de la palabra.
El mismo Jesús nos habló de resurrección y por ello es condición natural del cristiano no perder la Fe.
Jesús Alvarez Gómez2, en su obra sobre la historia de la Iglesia manifiesta que el indiferentismo religioso existente en las sociedades paganas le abrieron el camino al cristianismo. Cree que expandir la palabra de Cristo habría sido mucho más difícil si existía una religión sólida ocupando el espacio. Hoy no cabe duda que la indiferencia forma parte incluso de quienes están bautizados y hasta han tomado la comunión. Junto con el casamiento por Iglesia, se han convertido en fiestas con mayor componente social familiar que espiritual. En otras palabras, esa es una religión de plástico, muy lejos de los que Jesús y los padres fundadores imaginaron para nuestra Iglesia, que debe estar y servir como herramienta e instrumento para implementar la voluntad de Dios. Hoy nos encontramos muy lejos de ello, aunque millones de cristianos buscan en las cestos de papeles, en los anaqueles de las bibliotecas, en terapias de diversa índole ese vacío que se debería volver a cubrir, no con recetas dogmáticas (cerradas y excluyentes) sino con corazones y manos abiertas.

ABRIL 2009-04-10
TECUM – NOVO MundusNET Televisión
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