Operativo Irritación. El plan de Cobos.
Por Daniel do Campo Spada.
En su discurso del pasado 26 del corriente en la Cámara Argentina de la Construcción, la Presidenta Cristina Fernández retomó la iniciativa en el momento justo. Tras su gira por el Magreb (Argelia, Túnez, Egipto y Libia) en la que obtuvo importantes acuerdos para profundizar el mercado bilateral con la región, encontró al principal diario del país (Clarín) conspirando con el a todas luces inescrupuloso vicepresidente Julio Cleto Cobos. Pero en solo un discurso y un paquete de medidas que ya se tenían preparadas volvió a marcar la “agenda”.
Los servicios de inteligencia sabían que Cobos preparaba una alta exposición mediática apoyado por los diarios opositores. Por ello se reunió en carácter de Presidente en ejercicio con lo más recalcitrante de la oposición y los restos del proceso militar. Por ello desfilaron el multimillonario Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Mauricio Macri y la polémica y autodenominada Mesa de Enlace que reúne a los terratenientes. El Operativo Irritación había cumplido su primer paso y se preparaba desde hacía rato. Solo necesitaban una salida prolongada de la Presidenta para que se pudiera instalar el tema en los medios. La cobertura de la gira por África era similar a las movidas mediáticas de Cobos. Incluso, el PRO aportó lo suyo al sugerir que mientras estaba en ejercicio de la primera magistratura vetara la ley que terminaba con la estafa de las jubilaciones privadas. El Operativo Irritación, se comenzó a percibir cuando el dirigente terrateniente Eduardo Buzzi de Federación Agraria (FAA) dijo imprudentemente que la Mesa de Enlace se había propuesto “desgastar” al gobierno. El ex gobernador mendocino, desde su voto “no positivo” durante la crisis de la Resolución 125 de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias se convirtió en el inesperado arlequín que necesitaban en la corte presidencial. Los medios y la oposición pondrían los siguientes granos de arena.
Los radicales de Gerardo Morales, tras una reunión más de cúpulas que de bases con los dirigentes de Coalición Cívica de Carrió y el socialismo de Giustiniani, dejaron la puerta abierta a un regreso de Cobos. Ante una crisis que nadie desea sería su regreso al poder, no ya por la ventana sino por la misma terraza que se fué De la Rúa hace siete años. El segundo paso quedaba instalado.
Se sabe que la decisión del oficialismo es pegarle solo desde los dirigentes que no tengan cargos en este momento. Por ello, en Necochea el ex Presidente Néstor Kirchner comentó en público que todas las mañanas su esposa Cristina le recrimina “qué vice que me pusiste”. Luis D´Elía, dirigente de Tierra y Vivienda lo trata de traidor. Por el lado de los Ministros y la propia mandataria, el acuerdo es ni mencionarlo y que en el Senado solo toque la campanita. Cobos, por el contrario, necesita del enfrentamiento. Clarín, La Nación y Crítica de la Argentina son los que se encargan de volver a ponerlo en tapa. El último de estos matutinos lo vuelve a poner como víctima de un intento de “renunciarlo”. La decisión gubernamental es otra y se lo va a ignorar, aunque los medios gráficos y electrónicos lo quieren reverdecer.
Sergio Massa, Jefe de Gabinete y Florencio Randazzo, Ministro del Interior fueron los que armaron un plan que la experiencia del Ministro de Planificación Julio De Vido cerró con cifras y factibilidades. En un momento en que el Primer Mundo se desploma ante la peor crisis financiera desde 1929, había que evitar que cuando las olas lleguen a nuestras costas generen mucho impacto. Aunque hay muchas herramientas que permiten ser optimistas, había que ponerlas en movimiento y sin con ello se corre definitivamente a Cobos de los medios mejor.
El anuncio en su dicurso ante la CAC, Cristina Fernández cambió la agenda. Regreso de capitales, blanqueo de trabajadores en negro, amnistía impositiva y un plan de obras públicas por $ 70.000 millones era munición gruesa. Salíamos del fin de la estafa de las AFJPs, que calificamos como la movida más fuerte de este gobierno y sale desde la Rosada otra estocada importantísima. Solo el anuncio fallido de los u$s 20.000 millones de inversión de China en nuestro país durante la gestión de Néstor Kirchner hizo tanto ruido o levantó tantas esperanzas.
El regreso de los capitales despierta más de una controversia, ya que el mismo gobierno que calificó de ilegítima la deuda y que por ello ofreció un violenta quita del 75 %, le abre un portón de entrada a los capitales no declarados y probablemente mal habidos. Los que solo se blaqueen pero no se traigan, deberán pagar apenas el 8%, en tanto que los que se traigan nuevamente a las bóvedas nacionales solo deberán abonar un 6 %, pero hay más. Si compran títulos públicos, se insertan en el circuito legal con solo el 3 % y si encima van a infraestructura, apenas el 1 %. Aquí se peca de pragmatismo en un mundo en el que los especuladores sacan sus dineros para que los Estados salgan desesperadamente a salvar bancos con los dineros públicos. Si bien es estratégica, esta es la movida más peligrosa desde una visión progresista de la crisis. La Bolsa de Comercio, que sabe de negocios pero no de escrúpulos, en solo una semana creció un 20 % cuando en todo el año había descendido casi un 48 %.
Por otro lado, se ofrece un blanqueo de personal (en un mercado con el 50 % de la economía en negro) y una ayuda de condonación de aportes patronales para el primer año y de 50 % para el segundo en aquellas empresas con menos de 10 empleados (85 % de las empresas del país).
En el ámbito gremial, la apuesta es a que no se pierdan puestos de trabajo y que se mantenga sin mucha modificación el índice de desempleo. La expectativa es que tras la crisis no supere el 8 %. Desde lo empírico, si las cifras de blanqueo son importantes, bajarán las cifras de desempleo. Claro que solo será un éxito en la estadística porque los que no tienen trabajo incluso aumentarían. Por ello desde el Ministerio de Trabajo de Carlos Tomada buscan acuerdos de 180 días en los que ni se despide a nadie ni se pide aumento. Petroleros y automotrices ya están en esa senda.
Con respecto a la obra pública por $ 70.000 millones es una plan que ya estaría cerrado, pero es inteligente guardar municiones para lo que promete ser un combate sostenido. El 10 de diciembre se cumple el primer año y faltan tres y Cobos, cuando nadie habla de sacarlo arremete diciendo “de acá solo me voy en el 2011”. Clarín hasta lanzó la idea de que se planteaba un plebiscito para consultar a la ciudadanía si debía o no continuar. Los Ministros Massa y Randazo, fogueados en el duro territorio bonaerense arremetieron contestando que era una locura “cuando había un montón de temas IMPORTANTES para ocuparse”.
La más magistral de las movidas en contra del Operativo Irritación fue la entrevista concedida al instante a la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina que sigue encabezando el Obispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, quien también supo tomar de las aguas del cobismo, el macrismo y el lilismo, amén de una ligera posición a favor del campo, como si creyeran la frase de Néstor Roulet de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) de que a la Patria la hicieron el Ejército, el Campo y la Iglesia.
Esto recién comienza, va para largo, pero no llega al 2011.
Lo de Cobos no tiene nombre. Incluso el mismo día que triunfó su fórmula con Cristina, se generó un revuelo porque no pudo ganar ni en su propia provincia. Claro que ahora lo olvidó y se cree dueño del 50% de los votos.
Cobos tiene el timnte del trepador. Viò el filo con el kirchnerismo.