EDITORIAL – G-20 | Argentina hizo papelones impensados, perdió miles de millones y solo fue comparsa de las potencias mundiales.

Redaccion diciembre 02, 2018 0 Comment

Por Daniel do Campo Spada
(TV Mundus)

Durante dos días los ojos del mundo se posaron sobre la Ciudad de Buenos Aires. Con una ocupación militar compuesta por 14.000 efectivos argentinos, 13.000 extranjeros y 900 de la organización terrorista judía Mossad, se desplazaron los veinte Jefes de Estado que integran el G-20 y otros que fueron invitados mas allá de no pertenecer (Chile y España) al selecto grupo de naciones que manejan el mundo. Los argentinos gastaron $ 3.000 millones en gastos de seguridad y $ 44.000 por cese de actividades en la capital y el Conurbano sirviéndole la mesa a Estados Unidos, China y Rusia, superpotencias que concentran la mitad del PBI mundial.
Mauricio Macri, titular del régimen argentino se sacó el gusto de sus fotos con los grandes líderes del mundo que lo lanzan satisfecho a su último año de gobierno. Desde su gestión se cometieron grotescos errores en el protocolo, con una Vicepresidenta Gabriela Michetti llegando tarde a recibir al Presidente francés Emmanuel Macron o la banda musical tocando los himnos cuando bajó un asesor y no el Presidente Xi-Jinping en el Aeropuerto. La gala en el Teatro Colón fue un papelón artístico y la recepción para acompañantes que organizó Juliana Awada fue la reafirmación de señoras “que toman el té mientras los hombres trabajan” en pleno avance mundial sobre el lugar de la mujer.
No hubo ninguna declaración conjunta y mas allá de las fotos todo indica que la guerra comercial entre Estados Unidos y China se profundizará. Allí el titular del régimen argentino dejó expuesto a nuestro país al no negar a la vocera norteamericana Sarah Huckabee Sanders quien dijo que Macri y Trump habían acordado unir fuerzas para frenar la acción “depredadora” (dixit) del comercio chino. Para peor, la Casa Rosada le dio poca presencia mas allá de lo protocolar a Vladimir Putin, sabiendo que Rusia ha sido un histórico socio comercial en la compra de alimentos, mientras que los norteamericanos ni siquiera nos adquieren limones.
Fue chatísima la presencia de Michel Temer, primer Presidente de Brasil que no adquirió brillo en una de estas cumbres considerando que son la quinta economía mundial. El saliente mandario de facto se mostró desorientado y sin ningún peso a un mes de que asuma el nazi Jair Bolsonaro. Al mismo tiempo, un invitado por la ventana como Sebastián Piñera se movió con tranquilidad y soltura rodeado de mandatarios de regímenes afines al suyo. Otro que no correspondía que estuviera como el “presidente” de la monarquía española Sánchez solo fue consultado por el próximo partido de la final de la Copa Libertadores de América entre los equipos argentinos Boca y River. De hecho fue lo que habló con Macri.
Los desplantes de Donald Tump contrastaron con la diplomacia y respeto de Xi-Jinping. Sus movimientos desplazaron hacia allí todas las cámaras en un tema que apenas es una pelea entre elefantes (que es donde mueren las hormigas, es decir, el resto del mundo). Ello opacó otros temas como la presencia del Príncipe Salman Bin Abdulazis de Arabia Saudita responsable del asesinato y descuartizamiento del periodista en su consulado en Turquía o los disturbios con heridos y detenidos en Francia.
Vergonzosamente el sitio oficial del G-20, administrado por el país anfitrión le dio una cobertura especial a los encuentros entre la primera dama argentina Juliana Awada y su par francesa a la que llaman Michelle Macron, como si no tuviera apellido de soltera. Las imágenes nos remiten al siglo XIX con las señoras “de sociedad alta” que se paseaban con sus capelinas por los grandes salones apenas en carácter decorativo.

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