EDITORIAL – Desocupados | Las flaquezas del mercado laboral argentino.

“Desocupados”, de Antonio Berni.

Aunque Argentina tiene uno de los índices de desocupación más bajos de la región, el problema afecta a 1,27 millones de personas. Muy lejos de los 5,7 millones de la época neoliberal de los 90, sigue siendo un piso de difícil corrección. Por ello la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) sigue instrumentando un subsidio a los desempleados que escasamente llega al año de duración.

Con el 6,6 % de desempleados entre la clase económicamente activa nuestro país tiene uno de los mejores índices de América Latina (detrás de Ecuador con el 4,47 % y Chile el 6,5 %) y supera a Canadá (6,8 %), Italia (9,2) y España (15,8 %). La recuperación de puestos de trabajo viene mejorando a la par del crecimiento del PBI desde 2003 hasta el 2014 que evolucionó de los u$s 123 mil millones a los u$s 609.000 millones. Con una política de reconstrucción del mercado interno y de la sustitución de importaciones, la creación de puestos de trabajo llegó a los 5 millones de nuevos lugares en la década kirchnerista.
En un informe que adjuntamos vemos desigualdades regionales muy marcadas sobre las que tendrán que trabajar futuras administraciones nacionales. Las provincias con mayor presencia sojera son los que más expulsan a los trabajadores. Por ello Entre Ríos, Salta, Santa Fé, Córdoba y la Provincia de Buenos Aires son los que mayor cantidad concentran aún a pesar de la impresionante recuperación que ha generado la revolución industrial que reabsorbió a la mitad de los trabajadores. Santa Cruz, San Luis y Formosa muestran la mayor tasa de empleo.
La ANSES provee un seguro de desempleo que en base a un cáculo combinado entre el salario que se cobraba más la antigüedad marcará un pago mensual que puede ir de 2 a 12 cuotas. Tras ese plazo comienza nuevamente la desesperación, a menos que se esté cerca de la edad jubilatoria. En este caso se puede instrumentar una jubilación anticipada con un pago reducido hasta cumplir la edad o cantidad de años de aporte mínimos requeridos. El problema es central en tanto casi un 30 % de la economía se da en el marco de la informalidad. Eso deja desamparado a uno de cada tres trabajadores que al estar en negro no son acreedores a esta ayuda.
Los jóvenes tienen planes propios para la reinserción laboral y la finalización de los estudios, como es el caso del POGRESAR, pero ello no llega a los habitantes de edad intermedia, que a todas luces es el sector más vulnerable por varios aspectos. Por un lado son los que se ven más afectados por los recambios tecnológicos, adecuaciones y reducción de personal y al mismo tiempo son los únicos que no disponen de planes específicos.

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OCTUBRE 2015-10-14| TECUM – NOVO MundusNET Televisión
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