EDITORIAL – Fondos Buitre | Cristina Fernández denunció en las Naciones Unidas al terrorismo económico.

Redaccion septiembre 28, 2014 0 Comment

Cristina_ONU_2014 Por Daniel do Campo Spada

El discurso de la Presidenta Cristina Fernández ante el pleno de la 96° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) la mostó más vital y segura que nunca. Por la firmeza de un discurso no leido pero mas que nada por la valentía de sus afirmaciones, sus expresiones rebotaron en todos los medios de comunicación del mundo. No dudó de hablar de la existencia de un terrorismo financiero del que el sistema judicial de Estados Unidos es el cómplice, de dudar de la existencia del grupo ISIS, exigir la formación de un Estado palestino y de reclamar una vez más que la monarquía británica respete el derecho internacional y se siente a negociar con la Argentina la soberanía de las Islas Malvinas.

“El problema actual es que no consolidamos una multipolaridad que permita que cualquier país de África, Asia, América Latina y de la misma Argentina tengan el mismo peso en este recinto que parecen tener apenas unos pocos”, comenzó esgrimiendo cuando se quejó del doble filtro que tienen las valoraciones. Hasta hace un año atrás los dirigentes judíos apoyaban su pedido de esclarecimiento de los probables auto-atentados a su Embajada y a su mutual AMIA, pero cuando se pactó un procedimiento razonable con los iraníes que los sionistas acusan, empezaron a tratar (junto a los fondos buitre) a la Presidenta de aliada de los iraníes. En cambio, cuando el que habla con Teherán es Estados Unidos ya dejan de ser terroristas. “Claro, entiendo, no somos lo mismo seguramente” dijo en forma irónica.
Con mayor valentía aún dijo que Argentina es un tripe “leading case”. Económico financiero porque el ataque de los especuladores económicos no tiene nombre pero sí cómplices. A la ultraderecha político-empresaria de adentro se le debe agregar Estados Unidos, que votó en contra de nuestro país en el pedido de que se resuelva por una reglamentación internacional las próximas renegociaciones de deudas soberanas. El éxito diplomático que se logró junto al G77+China abrió una grieta impensada para las escorias de los escritorios de las finanzas. Para mejor, dos días después de esta presentación a todas luces magistral en la ONU, la oficina de Derechos Humanos aceptó el pedido del país para que se investigue a los buitres, un auténtico poder detrás del poder de los Estados.
Pero ese no fue el único éxito rotundo de la Presidenta Fernández. Con pocas horas de diferencia recibió a las principales centrales sindicales internacionales de trabajadores del mundo que le ratificaron el apoyo a la Argentina en esta batalla en la que Buenos Aires está más acompañado que nunca (muy lejos de los inventos de aislamiento) y con las federaciones de educadores internacionales que también dijeron que el argentino es un caso testigo que decidirá la suerte de los pueblos. En el epílogo de su segundo mandato la primera mandataria es una auténtica referente ética internacional por sus posturas firmes y no solamente por su bella retórica.
Respecto a la actitud de la justicia del régimen norteamericano fue clarísima. Se quiere escarmentar a un país que se atrevió a crecer con lo propio (a punto tal de tener el mejor crecimiento latinoamericano y tercero en el mundo en cuanto calidad en base a un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional), renegociar con el 92,4 % de sus acreedores, con el CIADI, con el Club de París y encima pagar en una década u$s 190.000 millones. “Somos víctimas de terrorismo financiero y la justicia de este país (por EE.UU.) es cómplice”, remarcó al tiempo que dudó que sea seria la existencia de esas bandas de sicarios llamado Ejército Islámico (EI). “Ellos entrenaron a esos señores que andan supuestamente matando por allí, les compran el petróleo y les venden armas y ahora quieren usarlos como excusa para bombardear cualquier país”, dijo en el más descarnado y cierto análisis de ninguno de los jefes de Estado a excepción del canciller ruso. Esto se lo repitió en la cara (a dos asientos de diferencia) al Presidente del sistema estadounidense Barack Obama (que tenía puesto auricular para la traducción).
Fue quizás el penúltimo mensaje de Cristina Fernández en las Naciones Unidas (ya que el último será el del próximo año) pero muchas delegaciones la imaginaron dirigiendo algunos de los organismos internacionales de la región, algo que no solo sería un lujo sino un deseo de gran parte de nuestra Patria Grande.