POLÍTICA – Cultura | A 55 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE RAÚL SCALABRINI ORTIZ
Buenos Aires, 30 de mayo 2014 (Télam). Un 30 de mayo de 1959 fallecía en esta capital el polifacético pensador correntino Raúl Scalabrini Ortiz, destacada figura del pensamiento nacional que legó para la posteridad, dentro de un prolífico ideario, la célebre frase de que si se quiere dominar a un país “ya no hace falta someterlo militarmente: bastan oportunos empréstitos”. Así se refería a las políticas desplegadas por el actual Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que había abandonado como eje central de la dominación el costoso sistema de ocupaciones militares para reemplazarlo por más inteligentes y gananciosos mecanismos financieros y comerciales.
No fue una novedad la suya pero sí una inteligente lectura de la política implementada por los gobiernos del RU y una de cuyas explicitaciones más claras, en 1824, 190 años atrás, la formuló George Canning, considerado un patriota argentino por la vieja oligarquía local, cuando dijo: “La América española es libre y si nosotros, los ingleses, manejamos nuestros negocios con habilidad, ella será inglesa”.
En ese marco Scalabrini Ortiz escribió su libro “Política británica en el Río de la Plata”, complementado por otro denominado “Historia de los ferrocarriles argentinos”, que muestra la importancia que estos tuvieron para el sistema de dominación implementado desde Londres y que hiciera que el gran economista argentino Alejandro Ernesto Bunge, uno de los principales inspiradores de políticas luego seguidas por el presidente Juan Domingo Perón, en su obra “Una nueva Argentina”, de 1943, calificase, precisamente a la Argentina, como “país abanico”.
Agrimensor e ingeniero, Scalabrini Ortiz, nacido el 14 de febrero de 1898 en Corrientes, centró su actividad en otras áreas, como que fue poeta, escritor, político, ensayista, historiador y algunas cosas más y como amigo del también poeta Homero Manzi y del no menos multifacético Arturo Martín Jauretche fue parte de la “Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina” (Forja), varios de cuyos integrantes se sumaron luego al peronismo. Fue en esos tiempos de Forja, al inaugurarse en diciembre de 1937 el monumento a George Canning en la hoy “Plaza Fuerza Aérea Argentina”, entonces “Plaza Britania”, en el barrio de Retiro, cuando Scalabrini Ortiz señaló: “Los designios de Canning se han cumplido. Los negocios ingleses se han conducido y se conducen con habilidad. Por eso Canning tiene una estatua en Buenos Aires”.
Respaldó con diferencias la política desarrollada bajo la inspiración de Perón a partir de 1943 y del propio gobierno peronista de 1946 a 1955 pero sin aceptar cargos, lo que le permitió manejarse con matices pero siempre dejando en claro que debilitar esa gestión era favorecer a los grandes grupos económicos.
Tras el golpe de septiembre de 1955 se convirtió en un tenaz opositor, sobre todo cuando a partir del 1° de agosto de 1956 el gobierno del dictador Pedro Eugenio Aramburu adhirió a la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI) habiendo, poco antes, en mayo de ese año, firmado un acuerdo con sus acreedores que dio lugar al nacimiento del “Club de París”.
Fue parte de la revista “Qué”, creada por Rogelio Frigerio, y apoyó a Arturo Frondizi en su campaña presidencial en 1958 pero rompió con éste cuando firmó los contratos petroleros poco tiempo después de asumir por lo que renunció a la dirección de esa publicación oficialista manteniéndose, desde entonces, en su breve tiempo de sobrevida, al margen de la política activa.
Su historia como periodista databa de 1924, cuando se sumó a la revista literaria “Martín Fierro”, para pasar al área política en 1939 como fundador del periódico “Resistencia” centrado en la necesidad de mantener la neutralidad argentina durante la Segunda Guerra Mundial.
Como poeta escritor y ensayista político desarrolló una prolífica actividad a través de sus obras “La Manga” (1923), cuentos; “El hombre que está solo y espera” (1931); “La Gaceta de Buenos Aires” (1934), recopilación de artículos periodísticos; “Política británica en el Río de la Plata” (1936); “Los ferrocarriles, factor primordial de la independencia nacional” (1937); “El petróleo argentino” (1938); “Historia de los ferrocarriles” (1938); “Política británica en el Río de la Plata” (1940); “Tierra sin nada, tierra de profetas” (1946), poemas; revista “Qué” (1957-1958), artículos; “Cuatro verdades sobre la crisis” (1960); y “Bases para la Reconstrucción Nacional” (1965), recopilación, entre otras obras. (Télam)
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