Clarín ataca juicialmente a los periodistas que no opinan como ellos y otras teorías conspirativas.

FOTO: Diario Diagonales. Roberto Caballero, Director de Tiempo Argentino.

Por Daniel do Campo Spada

Que en su derrumbe Clarín iba a hacer ruido no lo duda nadie. En un editorial que publicamos en agosto último “La derecha quemará el cielo” ya advertíamos las maniobras que el oligopolio de Noble y Magnetto iba a utilizar. Desde victimizarse, auto-atentarse, generar disturbios públicos (segunda marcha del odio el 8N y el falso paro del 20N) hasta judicializar hasta el hartazgo eran parte de las herramientas que iba a utilizar con el solo fin de no cumplir la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. El 7 de diciembre es la fecha que la propia Corte Suprema dio como final para que no se sigan sacando cautelares desde cualquier tribunal federal del país. Pero cuando creíamos que estaba todo dicho, “la corpo” se despachó con una denuncia penal por “incitación a la violencia” al Director del diario Tiempo Argentino Roberto Caballero y a los periodistas de la Televisión Pública, Sandra Russo y Juan Vicente. Si el fallo, inaudito en cuanto a la demanda llegara a ser negativo para los colegas, podrían enfrentar seis meses a tres años de prisión. El mensaje es claro. “Callate porque te mando un ejército de abogados para que entiendas de qué lado está el poder”. Y queda blanco sobre negro que es para todo el periodismo, desde el fundador del nuevo y pujante diario hasta el útimo de los blogueros. “Si es necesario vamos a entrar al living de tu casa” parece decir semejante avance.
El demandante es el estudio Sáenz Valiente, a quien describimos oportunamente cuando le hicieron la cámara oculta en medio de una extorsión al delegado gremial de los gráficos Luis Siri al que le ofrecían millones de pesos para que maneje el conflicto. Ellos tienen el dinero y se lo mostraron por las narices a alguien que no lo tendrá nunca en esa cantidad, a menos que traicione a su clase. El corrupto pasó a ser el laburante tentado, pero nadie vio como corruptor al que lo ofreció. De la misma forma que el cliente de un prostituta también es responsable de la vejación que genera el proxeneta explotador, los directivos del grupo Clarín. ¿Alguien, excepto nosotros, salió a condenar a Matías Fredriks, el abogado que tramó la cama y la cámara oculta? Ese abogado, ligado al estudio Sáenz Valiente (uno de los más poderosos de la Ciudad de Buenos Aires) siempre supo que jamás pagaría. Solo buscaba corromper con dinero al que no lo tiene. Eso demuestra que estrategias llevan adelante.
En un cónclave que los directivos dependientes de Noble y Magnetto tuvieron un mes antes en una privilegiada zona veraniega plantearon un plan de desestabilización para evitar que todo suceda como corresponde el 7 de diciembre. Por eso, desde el programa del ex progresista y actualmente lobysta de la derecha Jorge Lanata, quien por su trabajo recibe cerca de $ 300 mil mensuales, fomentaron las dos marchas del odio. Una en septiembre y otra en noviembre. Los carteles (donde no se escatimaban expresiones obscenas contra la Presidenta Cristina Fernández, los Derechos Humanos, los pobres, los planes sociales al tiempo que sostenían mensajes a favor de los genocidas y el Jefe de Gobierno de ultraderecha Mauricio Macri) estaban influenciados por los mensajes habituales del oligopolio. Pero eso no fue todo, ya que un grupo de sindicalistas derrotados como Hugo Moyano (que perdió la CGT y por lo tanto se quedó con una “CGT fantasma”), Pablo Michelli (quien intentó adulterar las elecciones de la central que integraba y al no poder ganar creó una “CTA fantasma”) y Luis Barrionuevo (quien hace rato que creó una “CGT Azul y Blanca” en su oficina) recibieron un paro “exitoso” que no existió. Los medios de comunicación oligopólicos crearon un clima de adhesión total, de cientos de piquetes (que no existieron en su gran mayoría) intimando a los trabajadores a que se queden en sus casas. Además, en una auténtica paradoja, la medida de fuerza fue apoyada por los terratenientes de la Federación Agraria Argentina (que dirige Eduardo Buzzi) y Sociedad Rural Argentina, por el partido PRO oligárquico de Macri (que les dio el día libre a los empleados municipales), los empresarios que dieron asueto a su personal, las universidades privadas que anunciaron que no se pasaba el ausente, etc.
Pero esto no son las únicas semillas de crisis que la derecha ha sembrado. El fallo del Juez norteamericano Thomas Griesa indicando que Argentina debe pagarle a los fondos buitres, la “huelga” de los gendarmes y los prefectos, el aumento de los precios en los alimentos (en donde nunca se culpa a los empresarios formadores de precios pero siempre se mira a la Casa Rosada para que haga algo) y el caos del tránsito son pequeos arietes de desgaste que tienen dos fecha claves. Una, el 7 de diciembre y la otra la renovación parlamentaria de 2013 en la que pretenden impedir que el oficialismo siga controlando el parlamento y mucho menos alentar aires reformadores de la Constitución Nacional para abrir la puerta a una re-reelección.
Pero cerremos esta nota como la empezamos. El ataque a los periodistas no es casual ni un arrebato de un histérico en su despacho que reacciona así después de leer un diario o ver un programa de televisión. Es parte de un plan. Y lo están ejecutando.

do Campo Spada, 2012 (C)
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NOVIEMBRE 2012-11-25
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