FALLECIO ROLANDO GARCIA, EL DECANO DE EXACTAS QUE TRAJO LA PRIMERA COMPUTADORA A LA ARGENTINA

Buenos Aires, 16 de noviembre (Télam).- El ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales porteña, Rolando García, que en la década del 60 promovió la compra de la primera computadora que llegó a la Argentina adquirida por el estatal CONICET, falleció ayer a los 93 años, informó hoy el titular de esa casa de estudios, Jorge Aliaga.
Profesor emérito de Facultad de Exactas y Naturales de la Ciudad de Buenos Aires y decano durante 9 años de esa facultad hasta la fatídica noche de los bastones largos del 24 de julio de 1966, cuando fue desalojado a palos.
Durante su exilio posterior descolló en el campo de la epistemología y fue colaborador de Jean Piaget, en Suiza. Meteorólogo de profesión había sido primer vicepresidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET).
En el año 2009 su facultad lo homenajeó en vida al imponer, con motivo de su 90 cumpleaños su nombre al Pabellón 1 de la Ciudad Universitaria, en reconocimiento a su aporte a la ciencia en el país.
Nacido el 20 de febrero de 1919 en Azul, provincia de Buenos Aires, García se recibió de maestro normal nacional en 1936 y de profesor normal en Ciencias de la Escuela Normal de Profesores, luego conocida como el Normal Mariano Acosta. Obtuvo una maestría en meteorología en la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles en 1948 y se doctoró sobre el “Movimiento Atmosférico en Condiciones Estacionarias” en la misma universidad en 1953.
De regreso al país, trabajó en la organización de la Universidad Nacional del Sur y en el Servicio Meteorológico Nacional, en 1957, durante la reorganización de la UBA, impulsó la departamentalización y la investigación, integrando el grupo que apoyó el rectorado de Risieri Frondizi. Como decano de Exactas abogó por la creación de una Ciudad Universitaria, que no logró en su gestión y puso el Instituto de de Investigaciones Bioquímicas en manos del luego premio Nobel Luis Federico Leloir, además de impulsar el departamento de Industria de la UBA.
Departamentalizó la facultad sin cátedras y los primeros cargos de dedicación exclusiva del país e hizo que el CONICET comprara la primera computadora de Sudamérica, “Clementina” cuyo enorme tamaño obligo a construir el edificio del Instituto del Calculo en la Universidad Tecnológica Nacional. Para atender a las nacientes necesidades de esa tecnología en pañales instituyo la primera carrera universitaria de computación de America del Sur, además de crear el departamento de Televisión Educativa y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas en conjunto con la Facultad de Ingeniería.
En 1966, enfrentó personalmente la intervención y a la policía que ingreso a la facultad en la Noche de los Bastones Largos, golpeado como uno más entre los profesores y alumnos lideró la renuncia del 75 por ciento de los docentes con la esperanza de revertir el avasallamiento.
Debió emigrar y se instaló en el Instituto de Epistemología Genética de la Universidad de Ginebra, Suiza, donde colaboró con Piaget. Trabajando en la fundamentación metodología teórica de la investigación interdisciplinaria aplicada a sistemas complejos.
Regreso al país a comienzo de los 70, pero tras sufrir amenazas de la Triple A, debió emigrar nuevamente en 1974 y se radicó en México en 1980, donde trabajó como docente e investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hasta su fallecimiento.(Telam)