Retrato de un servicio: el agente infiltrado en la agencia de noticias Rodolfo Walsh
Fuente: La Vaca. 8 de mayo 2013
Luego de difundir un comunicado público a través de Internet, la agencia periodística Rodolfo Walsh convocó una conferencia de prensa para el martes 7 de mayo a las 15, en el local de CORREPI. La razón: confirmaron que tenían un infiltrado de la Policía Federal operando en la agencia desde hacía más de diez años. El agente Alejandro Américo Balbuena ingresó a la Walsh en el año 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde.
Uno de los miembros de la agencia, explica:” La agencia Walsh viene trabajando desde el comienzo con el conjunto de las organizaciones del campo popular. Esto de ninguna manera es un ataque a nosotros, es un ataque a todas esas organizaciones, y los convocamos acá para tomar todas las decisiones en conjunto. La agencia Rodolfo Walsh fue solamente el medio del que se valió este agente para acceder a todas aquellas organizaciones. Que quede claro: esta conferencia no es nuestra, es de todas las organizaciones que se ven afectadas por el espionaje del Estado”.
Identikit
Alejandro Américo Balbuena estudió periodismo en los años noventa en el Instituto Santo Tomás de Aquino de San Martín. En el 2002 ingresó a Éter y estudió producción radial. Actualmente continúa realizando su licenciatura de Comunicación en la Universidad de San Martín. Aquellos que lo conocen, resaltan su rigurosidad académica.
“Hace veinte días nos llegó esta información, por una fuente nuestra. Pudimos acceder una lista con nombres, de la cual no tenemos copia. Allí figura justamente el nombre de Américo Alejandro Balbuena, como oficial de inteligencia de la división de Datos y Análisis. Nos dijeron que estaba trabajando como Policía Federal desde la dictadura. Finalmente, nuestro abogado, el doctor Eduardo Suárez, pudo corroborar esta información el jueves pasado, a través de una fuente directa del Ministerio de Seguridad”, explica Rodolfo, el miembro de la agencia que hizo ingresar a Balbuena a partir de una relación personal que venía desde la infancia.
“Balbuena fue compañero mío en la escuela primaria. Luego, perdimos el contacto, pero era vecino del barrio. Nos volvimos a encontrar más de veinte años después, estudiando periodismo. Cuando se dio la rebelión popular de diciembre de 2001 nos cruzamos en la calle, él estaba colaborando con la red de corresponsales populares de radio La Tribu. Rápidamente se alejó de esa red, y es ahí cuando, a partir de la relación personal que teníamos, se sumó a la agencia con nosotros. Yo lo consideraba un amigo, hemos vivido muchas cosas. Estuvimos muchos años juntos”.
Algo que les llamaba la atención a los miembros de la agencia (todos tienen otros trabajos, porque la agencia no funciona como ingreso fijo) era la disponibilidad horaria de Balbuena. Según el, trabajaba en una maderera, pero siempre estaba disponible como para cubrir las movilizaciones, fueran a la mañana, a la tarde o cualquier día de la semana y por eso se transformó en una cara conocida para las organizaciones a las que se acercaba en su rol de cronista. Recién ahora, corroboraron que la maderera de la que hablaba Balbuena ni siquiera existe.
Quedaron bajo el accionar de Balbuena familiares de Cromañón, de Luciano Arruga, de la Masacre de Avellaneda y de otras víctimas de la represión estatal. También organizaciones como la Federación Universitaria de Buenos Aires, La Alameda, Quebracho, Trabajadores del Subte, entre muchas otras.
Gustavo Vera, referente del movimiento La Alameda, explicó desde su experiencia cómo operaba este agente: “Siempre hacía sus notas al final, cuando todos los medios se iban y las organizaciones se quedaban hablando de cosas más internas. Él se acercaba y usaba el prestigio bien ganado que tiene la agencia Walsh, a ver si podía pescar alguna información interna que fuera útil para la dependencia. Ahora nosotros sabemos que trabaja para una dependencia que depende de la superintendencia del Interior, de Delitos federales y complejos, a cargo del comisario mayor Jorge Carlos Lunas”.
Tanto la agencia Walsh como las organizaciones sociales presentes concluyen con el siguiente reclamo: “Acusamos al gobierno nacional y a todos los estados provinciales, responsables de la represión y de muchas otras cosas de las cuales de las cuales se valieron para desarticularnos, como el proyecto X. Lo que decimos es que esto no es algo casual: es una política de Estado”. Exigen, además, el desmantelamiento del aparato de espionaje interno, la apertura de la lista de los infiltrado y la entrega de los archivos con la información recabada.
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