EDITORIAL – Trabajadores | El régimen macrista junto a los empresarios ataca a la clase trabajadora.

Redaccion julio 13, 2019 0 Comment

Barrionuevo responde a las órdenes de Macri de liquidar el peronismo.

Por Daniel do Campo Spada
(TV Mundus)

El régimen de Mauricio Macri siempre vio a la clase trabajadora como enemiga, como un escollo ante su plan de aumentar la riqueza de la clase empresaria. En eso ha trabajado toda su vida. Cuando era un joven directivo de las empresas de su padre, por televisión dijo que había que “bajar los costos, y los salarios son un costo”, completó ante mirada satisfecha del agitador de derecha Bernardo Neustadt. Dos décadas después, en un desacierto de la historia argentina, se encuentra en el poder al frente del Poder Ejecutivo Nacional y sus ideas no solo no han pasado sino que quiere permanecer en la Casa Rosada para hacer exactamente lo mismo “pero más rápido”. Al menos así se lo confesó al extremista peruano Mario Vargas Llosa. Flexibilización laboral (eufemismo para llamar a la pérdida de derechos) y destrucción del sistema previsional estatal son los dos objetivos del macrismo si son reelegidos.
Para poder concretar la mayor destrucción que se pueda hacer contra los trabajadores el macrismo primero debe quebrar a la clase trabajadora y el régimen puso manos a la acción. Desde los empresarios y los medios de comunicación oligopólicos hasta líderes de opinión o el entretenimiento juegan su papel de demonización de cara a las elecciones presidenciales del corriente año.
En pleno acto “oficial” del 20 de junio, Día de la Bandera en que se recuerda a Manuel Belgrano, el Presidente Macri, ante niños llevados a la fuerza tuvieron que escuchar algo que no tenía nada que ver con la efeméride que se recordaba. En lugar del creador de la enseña patria se limitó a decir que los sindicalistas “eran patoteros que solo traían problemas”, haciendo referencia a Hugo Moyano como si fuera un enemigo de las pequeñas empresas. No fue un hecho aislado sino un blasón más en la cadena de referencias agresivas del Jefe de Estado con los trabajadores.

Julio Chávez interpreta a un sindicalista de la carne corrupto. En 2015, él y Adrián Suar, amigo personal del Presidente Macri habían lanzado “El Puntero” para demonizar a los militantes de base.

Adrián Suar, gerente de Canal 13, perteneciente al oligopolio Clarín lanzó una telenovela nada inocente. El actor Julio Chávez personifica al “Tigre Verón”, un sindicalista de la carne que se destaca por sus acciones corruptas. Es lo mismo que oportunamente hiciera el mismo hombre televisivo cuando en 2015 llevó adelante “El Puntero”. En aquella oportunidad buscaba demonizar a los movimientos sociales así como ahora lo hace con los trabajadores de la alimentación, nudo central de las exportaciones con las que sueña el régimen a la Unión Europea.
En la semana, un enfrentamiento entre sectores macristas, fue vendido como un enfrentamiento entre sindicalistas peronistas. Más allá de lo falso de la información, algo a lo que nos tiene tan acostumbrado el Gobierno, el Ministro de Industria Dante Sica dijo que “siempre tienen problemas con los gremios kirchneristas”. Horacio Rodríguez Larreta, alternando sus discursitos de veredas y placitas, reafirmó lo que era un mensaje unificado y preparado en el que aprovechó cada vez que pudo en emparentar violencia con derechos de los trabajadores.
Todos los empresarios ligados al régimen comparten una cadena de WhatsApp en la que unifican sus discursos y le piden cosas al propio Presidente. Entre esas cosas Martín Cabrales pedía que se elimine la indemnización, para que sea fácil echar a los trabajadores. Ese empresario, dueño de la productora de café del mismo nombre, se había burlado de los Precios Esenciales cuando a los periodistas les dijo “tranquilos que también hay asado y vino”.
El dueño de Mercado Libre y Mercado Pago, Marcos Galperín, uno de los principales aportantes a la campaña del PRO, encabezó una campaña contra el gremio La Bancaria por considerar a sus empleados como pertenecientes al sindicato de los bancarios. Desde todos los medios disponibles le pegaron a Omar Palazzo, Secretario General de ese sector. Lo que quieren es que no haya derechos para los trabajadores y solo ventajas para los empresarios.
Lo mismo hicieron con Pablo Biró, Secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas) que se opone a la precarización que el régimen quiere imponer en la aviación comercial. El Ministro de Transporte Guillermo Dietrich, abrió los cielos a las compañías de bajo costo (y alto riesgo) y a las aerolíneas estadounidenses. No solo no hay ninguna reciprocidad (por ejemplo Aerolíneas Argentinas no puede volar a todos los destinos de Estados Unidos) sino que ante lo que es la economía de escala, nuestra aerolínea de bandera estaría condenada a su desaparición por inanición en un mediano plazo.
Hay que acordarse que desde siempre y mucho más desde que tomó el poder en diciembre de 2015, el Presidente dijo que los abogados laboralistas eran “una mafia que encabezaba Héctor Recalde” uno de los más prestigiosos abogados en esos fueros. Ellos fueron víctimas en la denominada “noche de las corbatas” cuando la dictadura de Jorge Videla secuestró y desapareció a un sector del campo judicial que defendía a los trabajadores. Hoy, muchos ex funcionarios y empresarios de aquella época tienen el control de la Casa Rosada y volverían a repetir ese odio si pudieran.
Macri tiene como preso político con una causa inventada al ex Vicepresidente peronista Amado Boudou, porque cuando fue funcionario diseñó el fin de la estafa de las AFJP y el Estado Nacional (como corresponde) creó el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Junto a ese sistema de jubilación universal hoy está parcialmente vaciado el Fondo de Garantía Sustentable (FGS) con el que se garantizaba la cobrabilidad de las jubilaciones y pensiones. Ahora quieren destruir eso también y de a poco lo están logrando.
El golpe letal podría llegar si la ciudadanía les da una nueva oportunidad a los empresarios. Si por el contrario decide volver a la democracia, los trabajadores tendrán una nueva chance de mantener la dignidad que el neoliberalismo se empeña en deshacer.

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