EDITORIAL – Peronismo | A pocos días de recuperar el esplendor, Cristina Fernández comienza su salida del poder.

Redaccion mayo 18, 2019 0 Comment

Por Daniel do Campo Spada
(TV Mundus)

Los biólogos indican que los elefantes tienen mucha memoria y sabiduría. A su vez, los paquidermos saben en que momento se van a morir y solos se separan de la manada y marchan hacia un campo santo en el que terminan sus días. Con el poder pasa lo mismo. Cristina Fernández ha logrado ser la principal estrella de la política argentina en el período democrático que tuvimos entre 1983-2015. Durante el régimen macrista no perdió ese magnetismo en el que todos miraban para que lado iba o venía. Construyó su imagen desde el silencio mientras desde la Casa Rosada y sus cómplices mediáticos y del menemismo residual no se cansaron de pegarle. Con la presentación del libro “Sinceramente” (el éxito editorial de la década) y la visita a la Cumbre del Partido Justicialista Nacional, volvió al centro de la escena y se encaminaba a un triunfo en las elecciones. Sin embargo, dispuso diseñar su propio retiro, algo que no pudieron hacer ni Juan Domingo Perón, ni Néstor Kirchner ni Raúl Alfonsín.

A días de que comiencen un aluvión de juicios públicos en su contra y con su hija con problemas de salud a 6.900 km de distancia Fernández ha logrado el margen de maniobra suficiente para ganarse un retiro merecido. Todavía le quedan cuatro años como Senadora, que serían los mismo como Vicepresidenta, tiempo suficiente para mantener los fueros ante el ataque criminal que el régimen y el menemismo residual hacen en su contra.
Nadie puede quitarle el galardón de ser “genio y figura” y probablemente se esté reservando un espacio nuevo en el mapa político argentino. Quizás volcada a cosas cercanas de género o áreas más sensibles o bien escribiendo doctrina. Tiene carretel para cualquiera de esos espacios, que la mantendrían lejos del desgaste del Poder Ejecutivo Nacional. En definitiva, nadie duda de que encontrará un nuevo espacio.
Cristina sabe que el “alivio” y alegría que despertó su automarginación a la candidatura demuestra que había una corriente de resistencia más fuerte que la que podemos percibir desde afuera de los pasillos del poder. Con ese peso interno habría sido muy difícil sostener la dura lucha que le queda al país para el próximo siglo, donde la grieta solo promete más fractura. El país se encuentra mortalmente dividido y nada en el horizonte muestra que vaya a terminar.