TRABAJADORES – CGT | Un sector de la UOM deja la CGT oficialista y la sangría ya es indisimulable.

Redaccion diciembre 24, 2017 0 Comment

La CGT sigue sumando repudio por su tibieza. Imágenes de cuando los trabajadores se enojaron en Abril pasado.

Por Daniel do Campo Spada.
(TV Mundus)

La Confederación General del Trabajo (CGT) oficialista sigue perdiendo fuerza de cara a su alianza con el régimen de Mauricio Macri. Ante el fracaso del paro y la tibieza de la oposición a la destrucción del sistema previsional parte de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) se abrió de la conducción que cada vez es menos representativa. Ya son varios los sectores que están por afuera como es el caso de la Corriente Federal, el MASA y el MTA de los Moyano. El triunvirato macrista compuesto por Héctor Daer (salud), Carlos Acuña (estacioneros) y Juan Carlos Schmid (Dragado y balizamiento) es el principal ariete del Presidente Mauricio Macri.

Macri con Caló de la UOM.

A pesar del llamado a un paro extrañísimo de doce horas por jornada (cuando la ley de destrucción del sistema previsional ya era un hecho) sus gremios no adhirieron atendiendo su alianza con el régimen patronal. La Unión Tranviaria Automotor (UTA) que conduce Roberto Fernández logró que el estratégico sector de los choferes de colectivos trabajara con “normalidad”. Lo mismo en el caso de comercio con Armando Cavallieri y al igual que algunos empleados estatales afiliados al UPCN de Andrés Rodríguez. Tras la muerte de Gerónimo Venegas (alias “el momo”, de los campesinos de UATRE) son varios los que se ponen en la fila de las nuevas “prostitutas sindicales de Macri” como eufemísticamente bautizó la Diputada Nacional Victoria Donda a los dóciles gobernadores que siendo “oposición” le ceden en todo al Presidente.
La CGT se encuentra desprestigiada y debilitada. Mas allá de que formalmente pertenecen a la misma centreal la Corriente Federal de los Trabajadores que conduce el bancario Sergio Palazzo y el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) del taxista Omar Viviani tienen vida independiente y en algunos casos fueron a marchas con las CTA. La CF tiene cada vez más coincidencias en la calle con la gente Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores) y Pablo Micheli (CTA Autónoma) que con la triste conducción cegetista. A esto habría que agregarle el MTA que Hugo Moyano fundó para oponerse al menemismo y ahora reflotó su hijo Pablo.

Macri junto a Pignanelli de SMATA.

Aunque el Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica a nivel nacional, Antonio Caló, se ha abrazado y brindado con Macri, Francisco “Barba” Gutiérrez de la UOM-Quilmes decidió abandonar la Secretaría de Interior, encargada de la relación con las seccionales de cada provincia que cada vez están más disconformes con la tibieza de la conducción del triunvirato. En realidad no podía ser de otra forma porque siempre, desde el primer día, fueron funcionales al gobierno derechista y anti-popular.
La CGT ha tenido distintas transas con Macri.
*Primero les ofreció muchísimo dinero para algunas Obras Sociales. Solo para las que pertenecen a los sindicatos dóciles. Entiéndase aquellos que acompañan la pérdida de derechos laborales en favor de las patronales. Dirigencias ricas y empleados pauperizados.
* La otra es cubrirlos de impunidad. Al que se porte mal le tira los medios encima. Si se disciplinan zafan. Basta ver los casos de Hugo Moyano (Camioneros y ex Secretario General de la CGT) y Juan Pablo “el Pata” Medina (UOCRA-La Plata) para ver dos casos distintos. Uno goza de un presente tranquilo presidiendo al Club Atlético Independiente y el otro pasará su primera Navidad preso, mientras que Gerardo Martínez (UOCRA – Nacional) publicaba una solicitada soltándole la mano a su colega en una bajeza pocas veces vista en el movimiento obrero organizado.
* Ante el crecimiento de sindicatos combativos que ganan cada vez más espacio en las bases les quita la personería jurídica. No es solamente el caso de los Metrodelegados con la UTA (que no adhirió al paro) sino que en un Decreto se eliminaron 453 sindicatos, dejando a los trabajadores a merced de los burócratas de palacio.

Para eso, la CGT ha resignado el Contrato Laboral, ley mínima de defensa de los Derechos de los trabajadores que Mauricio Macri quiere destruir en el Congreso como ya lo hizo en el caso de la Ley Previsional. La diferencia es que después de la visibilización del ataque a los jubilados y la reacción popular pusieron a los ciudadanos en estado de alerta, como si hubieran despertado y será difícil que puedan apelar a “acuerdos de palacio” como los que vienen haciendo. Algo cambió en la superficie y la CGT no la sacará barata. Su conducción tiene los días contados, igual que el poder de los sindicatos que acuerden con el macrismo.