MUNDO – Estados Unidos | Huelga para que el régimen norteamericano no explote a los presos.

Redaccion septiembre 28, 2016 0 Comment

Los prisioneros son explotados en Estados Unidos.

Por Alasbarricadas

Según lo previsto, el viernes 9 de septiembre, 45 aniversario del levantamiento de la cárcel de Attica, se puso en marcha la huelga contra el trabajo esclavo en las prisiones de Estados Unidos de América. Se trata de una acción que busca resultados a largo plazo contra una forma de explotación con sólidas raíces en la economía estadounidense.
En un primer balance para redes sociales, el Comité para la Organización de los Trabajadores Encarcelados (IWOC) declaró el sábado: Pasará una semana antes de que se pueda tener una idea de todo lo que realmente ha ocurrido hoy. Los administradores de prisiones no saben cómo responder a resistencias que no son violentas. Sólo conocen la violencia y responden a cualquier acción como si fuera violenta. En los penales donde la actividad de huelga está siendo significativa, se han cortado los teléfonos y el correo electrónico, lo que significa que la mayoría de los presos no pueden ponerse en contacto con nosotros para hacernos saber lo que está sucediendo. De ahí la petición de que la gente de afuera empieza a llamar a las cárceles de su estado para preocuparse por ese bloqueo. Conforme se retiren los cierres, vamos a recuperar el contacto y empezaremos a conseguir una mejor idea de lo que ha sucedido. En un mes, tendremos una idea bastante buena de hasta donde llego la gente con su intención de participar. Un silencio elocuente que es roto incluso por las propias instituciones: un senador de Carolina del Sur ha admitido que se ha decretado el aislamiento en una prisión estatal de máxima seguridad tras la revuelta de diez internos, aunque los presos han hecho llegar a IWOC la información de que los afectados son treinta.
Las pocas noticias que han llegado de lo que ocurre en el interior de las cárceles, son dispares. Se sabe que en varias prisiones los trabajadores en huelga han sido sustituidos por esquiroles o por el propio personal de la cárcel para tareas rutinarias. También que, al menos, ha habido paros en Holman (Alabama), Bonifay (Florida), Carolina del Norte, Kansas, Chowchilla (California) donde desde la dirección de la cárcel reporta que debido a “la negativa a trabajar de un pequeño grupo de mujeres presas” se ha decretado el cierre y paralizado todo el trabajo esclavo,… Además se han tenido noticias de incidentes con esquiroles y carceleros. La huelga ha tenido seguimiento tanto en cárceles masculinas como femeninas.
Para visibilizar la huelga se han llevado a cabo numerosas acciones de solidaridad descentralizadas, tanto en Estados Unidos como en otros países -Grecia, Australia, Serbia o el estado español-, como se puede seguir en el enlace: https://itsgoingdown.org/prisonstrike-resistance-to-slavery-across-the-world/
Quizás en Brooklyn -Nueva York- es donde ha tenido lugar la más espectacular y, si se quiere, simbólica: se veía por las ventanas de la cárcel que los presos apagaban y encendían las luces en conexión con la concentración convocada en el exterior. Algunas se han resuelto con detenidos por cargos menores de resistencia a la autoridad y similares, como en Nashville, Atlanta u Oakland.
La solidaridad se ha plasmado en actos como concentraciones (ruidosas frente a las prisiones para ser escuchadas por los internos o en el centro de las ciudades), llamadas al boicot de las empresas que se lucran con el trabajo de los presos, caceroladas…
Pero también se han materializado acciones de otro perfil: el compromiso de asociaciones de abogados con la defensa de los presos represaliados o la reunión, simultánea a la convocatoria de la huelga, de una asamblea de FICPFM – la asociación nacional de presos, ex-presos y sus familias-, con asistencia mayoritariamente femenina
Otra muestra de apoyo vino del periódico digital de CNT Catalunya Solidaridad Obrera -“la Soli”-, publicando una esclarecedora entrevista de Beltrán Roca con dos de los promotores de la huelga. En ella se nos recuerdan los relevantes motivos de la movilización y la trascendencia de secundarla:
Las empresas han aprendido que pueden sacar enormes beneficios a partir de la esclavitud en prisión. Antes externalizaban trabajo a China, India o México y se beneficiaban de pagar bajos salarios en esos países, ahora esas mismas compañías están externalizando esos trabajos dentro del país a través de las prisiones. Dado que los presos son considerados “bajo custodia” del Estado, las empresas no tienen que pagar seguros sociales, ni impuestos, ni preocuparse de un trabajador si tiene un accidente laboral. Todos los asuntos laborales son gestionados por la administración de la cárcel. Negarse a trabajar puede resultar en una condena más larga, confinamiento en solitario u otras restricciones. Las empresas tienen una mano de obra capacitada a la que sólo tienen que pagar centavos por hora y dentro de su país… Con la desindustrialización de este país, la respuesta de los estados para controlar a la gente ha sido el encarcelamiento masivo. Afecta, de manera desproporcionada, a la gente de color. Teniendo una enorme masa de trabajadores a los que apenas se les paga, existe la amenaza al grueso de los trabajadores americanos de que si no son dóciles podrían perder el empleo para externalizarlo a la población reclusa… Para que esa inversión funcione, la empresa tiene que tener garantizado que el trabajo esté disponible a largo plazo. Para ello, los políticos suelen aprobar leyes como el “mínimo obligatorio”, la “ley de tres huelgas”, y todo tipo de sentencias por tenencia de drogas menores… El resultado es que existe un encarcelamiento masivo en EEUU, en condiciones deplorables, abusos… y los beneficios se mantienen muy elevados…
Inicialmente, pienso que la respuesta del Estado será muy dura con los presos en huelga. No tengo la menor duda de que serán puestos en aislamiento o serán separados, y sus pertenencias serán confiscadas, y sus pequeños derechos serán restringidos indefinidamente. Por eso pensamos que es tan importante crear una red sólida de apoyo desde fuera, de tal modo que podamos movilizarnos y ayudarles ante la represión. Pero a más largo plazo espero que esto abra una discusión nacional sobre el hecho de que la esclavitud tiene que terminar. Las empresas y el estado están haciendo mucho dinero metiendo a la gente en la cárcel, y el encarcelamiento masivo se ha utilizado como medio de control social y para perpetuar la supremacía blanca. Me gustaría ver que nuestro esfuerzo dentro y fuera de prisión desemboca en un movimiento masivo para acabar con la esclavitud penitenciaria y la supremacía blanca. Y una huelga general que acabe con el sistema capitalista al que sostienen.

* Durante los incendios forestales en California, los presos trabajan retirando arbustos,
cobrando un dólar al día y restándoseles dos días de condena por cada día que acuden al trabajo.
Al menos dos mil presos trabajan como teleoperadores en Estados Unidos,
al servicio de compañías como AT&T y Verizon.
* Una de las colaboraciones solidarias en Estados Unidos ha sido un estupendo cómic en red de la artista Sophie Louise Dam; recomendando la lectura del original en su conjunto, destacamos aquí algunas viñetas significativas, con su traducción.

Mientras el gobierno de Estados Unidos condena la esclavitud en otros continentes,
se vuelve ciego respecto a la que tiene lugar en su territorio.
os trabajadores presos de Estados Unidos reciben un salario de entre
23 céntimos y 1.15 dólares a la hora, cuando reciben algo.
Hoy son muchas las compañías en la cresta de la ola que usan
el trabajo barato o gratuito de los presos para la producción de sus mercancías.
Cualquier preso quiere acabar su condena cuanto antes,
de modo que busca obtener reducciones haciendo bien las tareas.
Si rechaza salir a trabajar puede perder sus créditos, lo que supone una ampliación de la sentencia.
La huelga de 2013 en la prisión estatal de la Bahía del Pelícano (California) es la mayor de la historia reciente.
Comenzó con cuatro presos sometidos a confinamiento solitario – Security Housing Unity, SHU- de manera indefinida.
Repentinamente, 30.000 presos de Bahía del Pelícano y de otros penales del Estado se pusieron en huelga de hambre.
Se había corrido la voz, y los apoyos del exterior habían distribuido cartas sobre la huelga.
A los cuarenta días, sesenta y nueve hombres se mantenían en huelga de hambre.
En el día 43, el juzgado autorizó que se les alimentase a la fuerza
– lo que, según Naciones Unidas, es una forma de tortura-.
A los cincuenta y nueve días los huelguistas “pararon” su acción.
Los legisladores estatales acordaron realizar audiencias sobre el SHU.
El resultado fue la abolición del SHU como método de castigo en las prisiones de California.
Las noches dedicadas a escribir cartas conectan a los organizadores de dentro y de fuera de la cárcel, construyendo la solidaridad a través de la educación política mutua.
La huelga no ha hecho más que empezar, y la existencia de movimiento a todos los niveles -el de la calle, el de la organización, el de la creatividad- es imprescindible para que salga adelante; la situación en las prisiones irá produciendo noticias de las que le hacían decir a un portavos de IWOC que ” es duro como el infierno mantener la perspectiva de la acción colectiva sin ser un robot y dedicarse a responder a cada carta cuando el 80% de ellas pueden romper tu corazón o hacer arder tu cerebro”. Para la tarea de hacer visible esta verdad y así hacer posible afrontarla, todos los enfoques y puntos de vista son necesarios.