REGIÓN – Venezuela | Intoxicación y desinformación de Stratfor para afectar su credibilidad financiera. Operación secuestro financiero: Citibank contra Venezuela
Por William Serafino
(MisionVerdad.org)
La información, tal cual como refleja La Tabla, es proyectada por la agencia Stratfor y no por un medio especializado en temas financieros. Stratfor es una agencia estadounidense dedicada al espionaje y a la inteligencia, según informa Wikipedia, y está vinculada directamente a la CIA y a las corporaciones más poderosas del planeta, así fue reseñado por Misión Verdad el año pasado. Sus reportes suelen tener una alta carga de desinformación e intoxicación para confundir a la opinión pública.
Dicha empresa de inteligencia está encargada de monitorear la situación política y económica de países estratégicos para los intereses de Washington y diseñar escenarios para que los altos decisores sepan cómo moverse para desplazar gobiernos soberanos.
Según Stratfor, Citibank había tomado la decisión de cesar sus operaciones como agente de pago de la deuda externa venezolana (bonos Pdvsa con distintos vencimientos), lo cual cumpliría el objetivo no conquistado por la élite financiera con la manipulación a la baja del mercado petrolero global: llevar a Venezuela a una situación de default o cesación de pagos, producto de la reducción dramática de sus ingresos petroleros.
Pdvsa desmintió esta afirmación y recalca que Citibank sigue como agente de pago de los bonos (2016 y 2017) de Pdvsa hasta los momentos. Ante la imposibilidad de que efectivamente Venezuela caiga en default por las vías convencionales, las empresas privadas de inteligencia ligadas a la CIA y a las corporaciones, en este caso Stratfor, ejecutan operaciones de desinformación e intoxicación de amplio espectro para afectar la credibilidad financiera del país y de su principal industria a nivel internacional, buscando generar un shock de opinión que deteriore el entorno macroeconómico de Venezuela y consolide un comportamiento generalizado de rechazo y asilamiento por parte de la banca global.
El secuestro financiero del país, en el que por omisión y apoyo encubierto está involucrado Citibank – que hasta ahora no ha desmentido el reporte de Stratfor-, también lo constituye la guerra de la información. Hoy somos testigos de una escalada de este procedimiento de la guerra contra Venezuela y de los efectos que puede generar en la opinión pública nacional, aunque sea por tiempo limitado.
Sin embargo, esto no dirime que en la actualidad Venezuela sea objeto de un agresivo bloqueo financiero sobre la base de la manipulación del riesgo país. Venezuela no ha dejado de cumplir con sus compromisos internacionales en ningún momento.
Pero como el conflicto global y local es político y no económico, ninguno de esos continuos pagos ha tenido ninguna incidencia en la disminución del riesgo país. Hoy Venezuela tiene un riesgo para las inversiones y préstamos internacionales superior a Estados Unidos o España, países que ostentan una deuda pública superior a su PIB.
“Los motivos de la decisión de Citibank”
Comenta el intoxicante reporte que Citibank se vio presionado por el Departamento del Tesoro y de Justicia de Estados Unidos para suspender sus operaciones financieras con Venezuela, a raíz de “investigaciones sobre actividades criminales de individuos ligados a Pdvsa” -lavado de dinero- que llevan ambas instituciones.
El Departamento del Tesoro es utilizado como fuente para presionar un default artificial
Estas investigaciones a las que se refiere Stratfor van desde el publicitado caso Andorra hasta la lista Falciani, en las cuales hasta el sol de hoy no existe ninguna prueba sólida donde aparezca Pdvsa -o algunos de sus altos directivos- en actividades criminales relacionadas con lavado de dinero. Stratfor también coloca como parte de la decisión el hecho de que sobre altos funcionarios venezolanos recaen sanciones del Congreso de Estados Unidos.
La intoxicación es secundada por el economista de derecha Alexander Guerrero durante una entrevista a la agencia alemana Deutsche Welle: “Citibank recibió una orden (judicial) para que parara las relaciones con Venezuela por investigaciones que tienen que ver con lavado de dinero y legitimación de capitales”.
Tanto Guerrero como el conjunto de actores mediáticos y políticos que han hecho de la noticia un bonche, se basan en falsos positivos de la justicia estadounidense y en un reporte chapuza para constuir un default mediático.
¿Qué es lo verdaderamente importante?
Guerrero habló del “efecto contagio” que podría tener una decisión así. Pero ya que según Pdvsa la información es falsa, entonces ese contagio sólo quedó en la opinión pública y no trascendió a lo que realmente quería imponer: activar un comportamiento general en la banca internacional que evitara la realización de operaciones financieras con Venezuela, sea a nivel de corresponsalía y/o intermediación, como en la posibilidad de contraer financiamiento internacional a mediano plazo.
Según Stratfor, ningún banco quiere verse notificado por la justicia estadounidense por tener relaciones financieras con Venezuela. Es ahí donde está efecto dominó en lo mediático que intenta generar su reporte para agredir el estatus financiero internacional de Pdvsa.
Objetivos del reporte y a lo que a Citibank le interesa
Pdvsa ha mostrado su intención de reperfilar parte de su deuda (extender algunos pagos y vencimientos para 2017), cuestión natural en grandes empresas petroleras en un contexto de crisis económica global. El reporte de Stratfor busca afectar ese proceso manipulando la percepción financiera internacional sobre Pdvsa.
Agudizar la suspensión de las líneas de crédito a Pdvsa, ya que posiciona al corazón de la industria venezolana en una situación de quiebra artificial -producto de la alarma de default-, afectando su credibilidad financiera internacional y su capacidad de realizar acuerdos con otras empresas y países productores de petróleo, que pudieran verse influenciados por la intoxicación.
Presionar que los tenedores de bonos reediten una batalla judicial bajo el formato de los fondos buitres en Argentina, donde Venezuela sea presa de especuladores financieros y se vea aislada de los mercados internacionales. El reporte de Stratfor habla de que esa situación podría revitalizar el papel de Estados Unidos como un salvador de la situación venezolana por la vía del FMI.
Desviar la atención de los acuerdos firmados entre Arabia Saudita y Rusia el día de ayer y de las negociaciones a lo interno de la OPEP que buscan equilibrar el mercado petrolero, lo que tendría un efecto positivo para la recuperación de los ingresos nacionales.
Revitalizar la matriz del colapso económico dentro de la opinión pública para trasladar todas las responsabilidades de la crisis al chavismo en el Gobierno, en medio de un proceso de mediana recuperación de la economía nacional y del chavismo como fuerza política.
Pero como quien desmiente la noticia es Pdvsa, es lógico pensar que hasta cierto punto de intensidad a Citibank -que tiene intereses estratégicos en el petróleo venezolano- le interesa que esa táctica desinformativa se explayara sin frenos para cumplir los objetivos inmediatos antes mencionados.
A Citibank, por razones geofinancieras y políticas, le es pertinente aparecer en un reporte de Stratfor -aunque por ahora respeten el acuerdo de ser agente de pago-, dado que esa operación también los beneficia, en tanto y en cuanto la manipulación instala en la opinión pública que en Venezuela existe un proceso de inminente default y que los tiene a ellos como protagonistas, como importantes actores de decisión en el futuro inmediato de las finanzas venezolanas.
Ese es el dato de fondo y estratégico más allá de la intoxicación de Stratfor: esa situación de colapso y descalabro financiero descrito en el reporte podría ocurrir efectivamente si Citibank decide hacer lo advertido, como ya lo ha hecho cerrando las cuentas del país el pasado mes de julio de forma unilateral y violando su relación contractual con el país, aferrándose a una prima de riesgo país manipulada políticamente por otros bancos ligados a sus intereses.
En momentos de agudización política la élite financiera no respeta ni pactos ni contratos, y mucho menos con los intereses geopolíticos que hoy se disputan en Venezuela. Lo que hoy es una intoxicación de amplio espectro de Stratfor, sirve también para escenificar las variables, opciones y alternativas que pueden estar barajando mañana. Es la guerra, y en lo financiero lo mediático importa tanto como el comportamiento de las bolsas en Wall Street.
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