ARGENTINA – Régimen | Macri y sus seis meses de falso progreso para Argentina.
Por Misiòn Verdad
(Venezuela)
En 17 años la oposición venezolana ha repetido una y otra vez que con una apertura económica y una desregulación en sectores estratégicos, como petróleo, minería y siderurgia (por citar algunos), llegarían inversiones, créditos y Venezuela iría en velocidad crucero hacia el progreso. O lo que es lo mismo: cupos de dólares infinitos, subsidiados, aeropuertos abarrotados de chocolates europeos, limpios y con baños inteligentes; además de que cada pueblito, por favor, sea una intento de réplica de la Plaza Francia y de Los Palos Grandes. Ser al fin otro maniquí dentro de la moderna región dutty free.
Esta es la cantaleta principal para justificar el relato de la guerra económica y sus consecuencias en el bolsillo. Todas las medidas que ha tomado Macri (y que debería tomar Venezuela si quiere salir de la crisis) están estipuladas en el manual de las economías de libre mercado, con las cuales teóricamente se recuperaría el nivel de vida, bajaría la inflación y finalmente el anhelado desarrollo llegaría para quedarse. Pero el problema es que la realidad es concreta, no ideológica. Y su demostración no depende de que se “contradigan”, sino porque eso del “bienestar” sólo está diseñado para la mínima porción de la sociedad que la puede pagar. Eso no era con usted, sí lo es la inflación, el aumento de los servicios y el aumento de la comida.
Ese modelo económico, supuestamente de “bienestar social”, en países centrales y periféricos implica desempleo y aumento de los índices de pobreza para bajar el precio de la mercancía humana para transferir los ingresos hacia los capitales que necesitan de estos para mantener su tasa de ganancia. Es así y no de otra manera cómo se ingresa a la maquila de la economía global. Un triunfo que aún el pueblo argentino no ha sabido reconocerle, malagradecidos.
Pero, como siempre decimos, si no cree esto le sugerimos observar el siguiente gráfico de Economía Política Para la Argentina en el que se totaliza la cantidad de pesos argentinos que recibieron los pobres y ricos argentinos como consecuencia de las medidas de Macri.
Causas y efectos
En Venezuela asistimos a la imposición por la fuerza de este modelo, pero en Argentina, y eso es lo interesante, porque nadie en la MUD habla de ello, los resultados aumentan su efectividad si se tiene un gabinete dominado por el banco JP Morgan que acompaña y promueve las políticas de un presidente empresario.
Si no, veamos cómo en seis meses el tema de preferencia de los argentinos pasó de ser la inflación, proyectada anualmente a 40% y en vías de aumentar, al temor de la mitad del país de ser despedidos en los próximos meses, ya que han sido despedidos 150 mil empleados públicos y privados, un total de mil por día.
Es que en tan sólo seis meses el gobierno de Macri demolió el mito del control cambiario pero también el de la apertura económica y las inversiones, ya que lo único que han entrado a Argentina son 24 mil millones de dólares en deuda (10 mil para pagarle a los fondos buitres), lo que refuerza la tesis de que el capitalismo está quebrado y por esto debe destruir mercancía, aun si ésta es humana.
Y ojo que Mauricio Macri aplicó todo el manual clásico de seducción a los mercados como eliminación de impuestos, transferencia de ingresos a sectores concentrados de la economía y promesas de buenas condiciones para “invertir” en su visita al Foro de Davos, y sus encuentros con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; de Francia, François Hollande; y de Italia, Mateo Renzi, por sólo citar algunas acciones en las que se inclinó para recibir la bendición y el consecuente shock de inversiones inexistentes.
Así como que esas inversiones no llegaron, ni el dinero alcanza, Macri rápidamente tiene que hacer lo que la MUD y él siempre dijeron que no iban hacer: desfinanciamiento de la universidad pública, el sistema de pensión, cierre de programas sociales como el de las Canaimitas, conocido como Conectar Igualdad, y un consecuente coqueteo por privatizar la Conviasa argentina, Aerolíneas Argentina, y desarmar Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Ya que de lo que se trata, también y repetimos, es de definanciar deliberadamente el Estado, ahogar financieramente a Argentina, para que luego venda sus activos públicos como empresas y tierras, y el país se suma a una anhelada zona de libre comercio, donde los precios internos, humanos y de recursos naturales, sean ya lo suficientemente baratos para ser adheridos a la estructura de costos de las corporaciones. Con un presidente empresario, el saqueo puede darse con una mayor facilidad y sin tanto desorden, distinto a Venezuela que aún se resiste a que la modernidad y el crecimiento económico le malbarate la fuerza de trabajo. Macri representa un referente moral para Fedecámaras y Consecomercio, aunque no lo digan públicamente. Así como las procesiones, el jalabolismo entre gestores del capital global también se lleva por dentro.
Tres años de guerra económica versus seis meses de gobierno
Por esto no asombra que en seis meses el tema de los despidos no pueda ser ignorado por los medios privados, ni por las cinco centrales sindicales o los partidos políticos, porque el nudo del debate político se centra en la sanción de una ley antidespidos para que las empresas paguen el doble si lo hacen sin justificación, o en vetar esta legislación y aplicar un acuerdo con los empresarios para que no lo hagan por 90 días, como pide el gobierno de Macri.
Es que precisamente el nudo del debate político argentino está puesto en la antesala de la miseria planificada con el 15% de desempleo como disciplinador social para disminuir los costos salariales, como afirmó Carlos Melconial del equipo económico de Macri. Si no, veamos cómo esta miseria planificada y este “disciplinador social” emerge con el ingreso de más de un millón de personas a la pobreza y la proyección de que a ellas se le unan 4 millones más. La siguiente foto, indicador del progreso, muestra a un hombre que llora al recibir, gratis, un litro de leche de productores lácteos, en protesta contra el gobierno argentino:
Y si usted no considera que lo que hace Macri es un vivo reflejo de lo que haría la MUD, recuerde cuando Fedecámaras exigió el fin de la inamovilidad laboral después del 6 de diciembre y el presidente Nicolás Maduro respondió con la firma de una ley para declarar la inamovilidad laboral por tres años, sin que la MUD le saliese al paso a sus dueños.
O también como la Asamblea Nacional, que hasta el día de hoy no ha acompañado ni propuesto ninguna ley apuntada directamente a resguardar los salarios de los venezolanos, ferozmente atacado, sobremanera, para torcernos el brazo, como diría Obama, para que abandonásemos el chavismo. Después de todo, el remarcaje constante de precios y la disminución del salario es su plan de gobierno. Si no fuese así, antes de las elecciones en Argentina no hubiesen acompañado a Macri.
Recordemos que el presidente argentino sólo en seis meses le hizo a los argentinos lo que la guerra económica le hizo a los venezolanos en tres años, bajo todas las ilusiones y pantomimas económicas que tanto les gusta agitar para el escenario interno, sin que ni siquiera construyera un millón de viviendas ni mantuviese los programas sociales, ni el financiamiento universitario y la inamovilidad laboral, sólo por citar algunas acciones realizadas por el presidente Maduro con los precios más bajos del petróleo en una década y la prohibición de recibir financiamiento por parte de la banca internacional.
Porque, después de todo, las acciones delimitan dos contextos similares y orientaciones distintas, pero también hacen preguntarse si sólo queda la máscara de la “belleza” de Capriles Radonski: ¿Cómo es que se construye y proyecta un futuro cuando el Estado es desarmado a nuestro alrededor por la vía de la fuerza y la disminución de los salarios se vuelve una necesidad para el capitalismo?
En definitiva, ¿qué es lo que proponemos para resistir los embates actuales y sortear por arriba el abismo al que va el capitalismo global? Mientras tanto, los dirigentes políticos de los partidos de la derecha no se remiten directamente a la modernizante gestión de Macri para crear la fantasía de lo que sería un “mundo mejor” cuando salga el chavismo del poder. No existe tal mundo.
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