SESIONES DEL CONGRESO – Régimen | Un Macri intolerante y dubitativo siguió hablando como si estuviera en campaña.
No hizo anuncios. Estuvo intolerante con los legisladores opositores. No se apartó ni una coma de lo que le escribieron en la Oficina del Discurso.
Mauricio Macri inauguró el período ordinario de sesiones del Congreso de la Nación. Se mostró intolerante y dubitativo. Su falta de recursos intelectuales le impidió salirse una coma del discurso que le escribieron desde la Oficina del Discurso. Manipuló cifras e interpretaciones y no se hizo cargo de ninguno de los desastres que concretó en apenas tres meses de gobierno. Las bancadas oficialistas del PRO, UCR, FR y GEN eran las únicas que aplaudían mientras las cámaras televisivas de la cadena nacional omitían sistemáticamente mostrar a los peronistas y sus aliados. Le pidió a los legisladores que acepten el ominoso acuerdo del día anterior con los fondos buitres. Leía sistemáticamente y en las pausas con lápiz le ponían “aplauso” para que hiciera un poco de silencio. En una de las oportunidades lo leyó y buscó salir del paso diciendo automáticamente “gracias”.
La bancada opositora mostraba carteles que incomodaron a Macri. La televisión oficial buscó que no salga en la cadena.
Por la inflación le echó la culpa al gobierno anterior, mas allá de que el presente trimestre ha sido el peor desde la salida de la convertibilidad. La única diferencia es que el silencio impuesto al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) que no emite cifras lo ocultan. Tampoco se hizo cargo de la desastroza salida del control cambiario que está muy lejos de terminar a la brevedad.
Respecto a los despidos no dijo nada. Fuera de sus lemas de campaña que repetía en forma sospechosa llamó a tener un Estado eficiente sin aclarar cómo podría ser ello sin personal idóneo como ocurre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) donde la mayoría de los que trabajan allí pertenecen al PRO. Incluso muchos directivos en función de gestión estatal le compran a sus propias empresas privadas.
Tuvo que admitir que en la última década las cifras indican aumentos de inversión en salud, vialidad y educación, pero las interpretó como de falta de eficiencia, término ambiguo que no supo (ni podría) explicar. Cuando culpó al Estado también dijo que durante el kirchnerismo “los argentinos” le pagaron al mismo $ 600.000 millones más que durante el menemismo, desatendiendo maliciosamente que se crearon cinco millones de nuevos puestos de trabajo, se incorporaron tres millones y medio de beneficiarios al sistema jubilatorio y que la actividad económica tuvo once años de crecimiento de doce con gobierno peronista. Lógicamente la acción tributaria progresiva debe ser mayor al aumentar la actividad.
Los 45 minutos fueron de gran esfuerzo para el Presidente Macri. Fue su discurso más largo desde que empezó su carrera en Boca Juniors.
Peligroso fue el anuncio para realizar reformas políticas entre las que se cuenta llevar la votación a un mecanismo electrónico, el más vulnerable de todos, que le permitirá al PRO manipular los resultados. Incluso en sus admirados Alemania, Gran Bretana y Estados Unidos es rechazado.
Para el final de la gestión (es decir, en el 2019) prometió expandir la asignación universal a todos los niños y llegar al 82 % en las jubilaciones. Pidió fortalecer las instituciones y completó varias veces con frases simples apelando a palabras como “equipo”, “cultura del trabajo”, “puentes” y otras que no son creibles en la boca del emisor, caracterizado por su pro-extranjerización e individualismo oligárquico.
“Yo no les voy a mentir” dijo y sonó al menemista “no los voy a defraudar”. Para peor continuó con “les traigo una buena noticia y es que esto ya empezó” dando lugar a las sonrisas que evocaban al otro mandatario neoliberal que fue Fernando De la Rúa (su aliado actual).
El discurso decepcionó a propios y extraños no solo por la baja calidad oratoria sino por la falta de anuncios concretos. Más de 20 veces mencionó la palabra narcotráfico, solo en tres la pobreza pero jamás habló de empleo. No mencionó el UNASUR, el Mercosur ni la CELAC, pero en cambio anunció su acercamiento a la Comunidad Europea. Dio la sensación de no saber donde está parado.
do Campo Spada, 2016 © – ddocampo@tvmundus.com.ar
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