Erráticas medidas económicas para combatir al dólar delincuente.

Por Daniel do Campo Spada.

La oposición de derecha, que no logra articular una alianza fuerte para combatir al gobierno popular de Cristina Fernández, comenzó desde febrero de 2013 la séptima corrida cambiaria intentando generar un descalabro en la economía doméstica, uno de los principales arietes de los diez años de kirchnerismo. Lo que las urnas no le dan quiere lograrlo poniendo los cañones en las ruedas del modelo. El propio Senador Nacional del radicalismo, Ernesto Sanz dijo en un programa televisivo que “el gobierno no pega una. Todo lo hace mal, y ojalá que siga así hasta octubre (fecha de las elecciones de medio término), porque si la economía mejora… no sé que vamos a hacer”. El sincericidio muestra las intenciones claras que persiguen la clase alta, los medios oligopólicos y los exportadores. Alentando un dólar delincuente, llamado eufemísticamente “blue”, crean una sensación térmica de inestabilidad y próxima devaluación. El gabinete económico en pleno salió a enfrentar esta situación con algunas medidas que quieren convertir en ley que terminan premiando a los especuladores.
La palabra utilizada por el Gobierno Nacional fue “blanqueo”1, medida injusta pero recurrente de todos los gobiernos mas allá de su inclinación ideológica. En una presentación conjunta, el Ministro de Economía Hernán Lorenzino, el Viceministro Axel Kicillof, la Presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont, el Secretario de Comercio Guillermo Moreno y el Titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos Ricardo Echegaray, hablaron de un proyecto de “amnistía fiscal”, movida fuerte para desalentar la devaluación que prometen los medios oligopolios pero que la propia Presidenta se había encargado de desmentir 48 hs antes. La idea de la Casa Rosada es sacar una porción grande de dólares que flotan en el mercado delincuente a valores irracionales pero molestos y llevarlos “blanquitos” sin preguntar de donde llegaron para invertir en energía y construcción.
A pesar de que en el 2008 se blanquearon u$s 4.000 millones, nadie puede olvidar que desde el 2009 en que los terratenientes quisieron dar un golpe de Estado por medio de la sedición al estilo prepinochetista la derecha oligárquica entró en claro enfrentamiento hacia las corrientes nacionales y populares. Ganaron las elecciones de medio término de 2009 pero perdieron estrepitosamente las presidenciales de 2011 y nada les augura un triunfo en el 2013. Por eso, esta séptima corrida no solo es especulativa (a pesar de ser una porción de apenas u$s 20 o 30 millones que se da en cuevas del microcentro porteño ante un Tesoro Nacional que dispone de u$s 47.000 millones) sino que es fundamentalmente política, con claras intenciones de alterar a la clase media, frenar el mercado inmobiliario y augurar una próxima devaluación. Los exportadores agropecuarios retienen para ello las liquidaciones de ventas al exterior para secar el mercado de divisas aumentando el precio ante expectativas no cubiertas. Ello, más un poco de pánico que medios de derecha insuflan a cada momento, crean un combo que las medidas del gobierno no desalientan.
Al Congreso ingresó un proyecto para crear bonos denominados Certificado de Depósito para sector Inmobiliario (CEDIN) y de inversión en energía (fundamentalmente YPF) que se adquirirán solo con dólares y que en el momento de querer recuperarse se pagarán en dólares. De esa forma, sin cobrarle impuestos se castiga a quienes sí hicieron honor a sus obligaciones fiscales y se premia a quienes por maniobras de elusión llevaron dineros hacia el mercado especulativo. Incluso a las pocas horas se dijo con fuerza que Guillermo Moreno habría hablado con el dueño de Casa Piano y ambos habrían llegado a un acuerdo para bajar el dólar delicuente a $ 6,50 (contra los $ 10,20 que estaba en la mitad de mayo de 2013) en tanto que el legal (el único que debería existir y que se puede adquirir tras mostrar las declaraciones de ingresos) se vende a $ 5,10.
Para controlar el dólar como elemento de inestabilidad económica, basado en una mentalidad que ha sido contaminada desde 1955 en adelante para beneficio de los sectores poderosos, solo es útil atacarlo en la base, cosa que el Gobierno de Fernández no ha hecho. ¿Por qué no se prohibe por ley pactar contratos de todo tipo, compra y venta de autos e inmuebles en otra moneda que no sea el peso argentino? ¿Por qué no se prohiben deliberadamente las cuentas bancarias en dólares? ¿Por qué no se allanan definitivamente las oficinas de los arbolitos? ¿Por qué no se prohibe la publicación de la cotización del “blue”? ¿Cabría publicar a cuanto cotiza el Kg de cocaina o cuanto se vende una joven para la trata de personas? Seguramente que no, entonces ¿por qué se tolera lo del dólar delincuente?
Los resultados de este intento de blanqueo serán seguramente magros, ya que “es la política ¿Se entiende?”.

do Campo Spada, 2013 (C)
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MAYO 2013-05-11
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