Córdoba, 23 de marzo (Télam). El abogado de la agrupación Hijos y uno de los querellantes en los juicios que, por delitos de Lesa Humanidad, se desarrollan en Córdoba, manifestó que el Golpe del 24 de marzo de 1976 “produce un cambio paradigmático en la Argentina”, pero destacó que a partir de las políticas de Estado que el gobierno nacional implementa desde 2003 se inició un proceso para “readquirir identidad nacional y reposicionamiento internacional”.
El proceso cívico militar “cambia el perfil productivo, impacta sobre la educación, incorpora sangre y fuego como matriz para el aniquilamiento de integrantes de partidos políticos y de organizaciones sociales, con la excusa de que se trataban de grupos armados”, dijo a Télam el letrado.
Asimismo, sostuvo que no tiene dudas de que “trasciende hasta hoy los efectos de ese golpe”, pero que “se puede observar el resultado de las tareas de concientización con una mayor participación ciudadana, fundamentalmente reactivada a través de los sectores juveniles”.
“Por otro lado tiene la contracara del `no te metas`, el `por algo será`”, dijo y apuntó como disparador de ese “mensaje idiotizante y temeroso” a los grupos monopólicos que tienen en sus manos “el manejo masivo de los medios de comunicación”, que es “consecuencia de una dictadura que estableció ese modelo y se extiende y reproduce a través del tiempo”.
A partir del golpe de Estado se vivieron diversas etapas, quizás “la más oscura es con el menemato (Carlos Menem) con las leyes de impunidad y del olvido”, recordó el abogado que actualmente participa como querellante en el juicio de la megacausa La Perla que se desarrolla en los Tribunales Federales de Córdoba.
“Desde el 2003 hacia delante se comienza a recuperar la reindustrialización del país, con un intento de readquirir identidad nacional y un posicionamiento en el mundo”, destacó. En lo referente a las políticas de Derechos Humanos, consideró que desde el 2003 hacia delante “ha habido una política estatal” y que “ese cambio ha sido muy importante” que hoy resulta en la gran cantidad de juicio por delitos de lesa humanidad que se desarrollan en el país.
“Es ejemplar que en la Argentina se estén juzgando estos crímenes y que se estén condenando con la Constitución en la mano, pero también todavía nos falta mucho de cultura democrática, nos falta mucho del respeto al otro, de ponernos en el zapato del otro”, remarcó.
Orosz expresó su anhelo que haya una “ruptura del pacto de silencio” entre los genocidas y“esperamos que más tarde o más temprano encontremos lo poco que queda de los restos”, sostuvo al referirse como “uno de los tantos temas pendientes” que quedan por resolver. “Sabemos fehacientemente que en 1979 los oficiales de la guarnición militar Córdoba trabajaron en el campo de La Perla sacando los huesos de los desaparecidos y los colocaban en tambores de 200 litros para luego tirarlos a las salinas, en la frontera entre Córdoba y La Rioja. Confío en que los vamos a encontrar”, reiteró. (Télam)