HOMENAJES A VAGONES HISTÓRICOS DEL SUBTE A EN SU ÚLTIMO DÍA
FOTO: TÉLAM
Buenos Aires, 10 de enero (Télam).- Trabajadores del subte, junto con el cantautor Horacio Fontova y otros artistas, y un grupo de entidades defensoras del patrimonio urbano convocaron para mañana a sendos homenajes a los centenarios coches de madera de la línea A en su último día de servicio.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro invitó a asociaciones barriales, sociales, estudiantiles, de usuarios a participar “en un viaje de despedida a estos fieles compañeros de tantos kilómetros”.
“Luego de haber acompañado gran parte de la historia de nuestra ciudad, de nuestro país, de millones de usuarios que viajaron en sus asientos de madera, iluminados con la romántica luz que emana de sus tulipas, merecen una salida digna, no ser arrojados a la basura ni convertirse en leña para un asado”, dijo la entidad en referencia a una expresión despectiva de un funcionario porteño.
Por eso propone concurrir a la cabecera de Plaza de Mayo a las 14.30 para viajar hasta Primera Junta. Con idéntico propósito, la Red de Patrimonio, formada por unas sesenta organizaciones no gubernamentales, convocó para mañana a las 18 a la misma estación terminal, para participar en uno de los últimos viajes de las “brujas”, así llamados porque fueron fabricados en la ciudad belga de ese nombre. Se trata de unos 70 sobrevivientes de los 120 coches que formaron la flota original de la línea A, construidos por La Brugeoise, Nicaise et Delcuve a partir de 1911, con los que el 1 de
diciembre de 1913, Buenos Aires puso en marcha el primer servicio de este tipo de Hispanoamérica y de todo el hemisferio sur. Aunque casi todos sufrieron reformas, conservan un conjunto de características, como la carrocería de madera y detalles de época, que envuelven al pasajero en una atmósfera particular, sobre todo a su paso por la estación Perú, con su decoración histórica.
El Gobierno de la Ciudad, que se hizo cargo del Subte este año, paralizará el sábado por 56 días la línea que une la Plaza de Mayo y el barrio de Flores, para incorporar 45 coches importados de China por el gobierno nacional y retirar las “brujas”. El anuncio levantó una ola de objeciones de entidades y usuarios debido al valor histórico y cultural de esos vagones únicos. También su atractivo turístico es palpable. Los brasileños César y Valeria Matos, por ejemplo, dicen haber sabido del “subte de madera” en agencias de viaje de San Pablo, que lo mencionan como uno de los atractivos porteños. “Quisiéramos que mantuvieran el subte como está porque esto no hay en otros países, sólo acá. Podrían restaurarlos sin sacarlos”, proponen.
En tanto, los usuarios cotidianos están envueltos en la polémica y, según puede oírse en la calle o leerse en la red social Facebook, hay tantos horrorizados por la pérdida de ese patrimonio como defensores de sacarlos, que en el mejor de los casos aceptarían mantener uno de muestra inmóvil en un museo.
Así lo ve, por ejemplo, María Fernanda Maldonado. “Deberían estar en exhibición en San Telmo. Hay que sacarlos de circulación. No resisten la cantidad de gente que llevan”, escribió en Facebook.
Mirta Urdiales sostuvo que “esos vagones son una obra de arte, cálidos, cómodos, y, por supuesto, tienen que quedar en algún museo o en algún otro lugar apropiado, como el tranvía”.
Por su parte, Sandra Gómez dijo que “hacen mucho ruido, se mueven mucho y no tienen tanto espacio; yo creo que tienen que remodelarlos y ponerlos en circulación los fines de semana en
horarios específicos para el turismo”.
Federico Andrés Fossá fue categórico: “Por Dios, qué pelotudez. Metelos en un museo!! El día que haya un accidente qué van a decir? Se caen a pedazos, se abren solas las puertas, cierran con una fuerza que si te agarra te mata. Todavía usan lamparitas! Por favor! Hay que cambiarlos yaaaaaaaaa”, escribió en una red social.
Marcos Mancini le respondió que “esa línea es y ha sido la más segura de todas. Casi no se conocen accidentes o no se conocen. La inseguridad no está en los vagones sino en el mantenimiento de rieles y líneas de tensión. El mantenimiento de dichos vagones es sencillo y no muy costoso”.
La Red de Patrimonio, en tanto, aprueba la mejora de la capacidad de transporte que aportarán los nuevos coches chinos, pero propone mantener en servicio los históricos fuera de las horas pico o sólo los fines de semana, y en tal sentido circula un petitorio a las autoridades porteñas.
“No queremos que sean desguazados ni enviados a un museo sino que sigan en funcionamiento, lo que permite la apropiación cotidiana de ese patrimonio, que da a la ciudad un valor agregado, como los de Budapest, de 1896, que tienen un gran valor turístico”, afirmó Mónica Capano, miembro de la Red de Patrimonio.
Capano rechazó que se invoque la seguridad entre las razones para retirarlos. “Tienen el menor índice de daños de la red, de sólo 19 averías cada 100.000 kilómetros recorridos; no sufrieron incendios y en caso de colisión, como pesan la cuarta parte de un coche de otro tipo, provocan menos consecuencias”, explicó. La Comisión Nacional de Museos expresó su preocupación por el destino de los vagones y reclamó su preservación, sin perjuicio de que sean utilizados para circuitos turísticos.
“Se trata de bienes de la más alta significación en el elenco del patrimonio industrial nacional, cuyos valores identitarios se hallan intensamente presentes en el imaginario porteño, en particular, y de todos los argentinos en general”, dice una carta del presidente de la comisión, Juan Martín Repetto, al jefe de gobierno, Mauricio Macri. (Télam)
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