La trama oculta de la masacre del Indoamericano llega a Macri.

Por Daniel do Campo Spada

BUENOS AIRES.- A medida que se aquietan los ánimos de la crisis con masacre del barrio de Villa Soldati se van aclarando muchos de sus vericuetos en lo que a medida que pasan las horas parece estar muy lejos de haber sido improvisado. El macrismo habría impulsado la toma de tierras en base a una falsa promesa de otorgamiento de títulos de propiedad y por el otro lado alentó en los vecinos linderos el temor de la ocupación de sus humildes viviendas. Instalado el enfrentamiento de pobres contra pobres, que hubiera muertos era solo una cuestión de tiempo y la mancha perfecta para salpicar al Gobierno Nacional que se jacta de no reprimir la protesta social. En el plan está la toma de la canchita de fútbol del Club Albariño de Villa Lugano y la ocupación de la franja lateral de la Villa 31.
Entre los implicados que investiga la justicia estaría Miguel Ángel Rodríguez, apodado “el comandante”, quien habría sido integrante de la Dirección de Tránsito en la época de Carlos Grosso (ex empleado de Macri y período en el cual SOCMA fue el maor contratista de la Ciudad). Era empleado del Instituto de la Vivienda (IVC) en la actual gestión hasta que se descubrió que tenía una cauda judicial abierta por otorgar licencias de conducir apócrifas. Hoy está cercano al Ministro de Educación macrista, Esteban Bullrich. Habría sido quien insufló a la ocupación por parte de los vecinos que alquilaban en la Villa 20.
Otro de los individuos, captado por las cámaras de televisión empuñando un arma es Julio Capella, ligado a la barrabrava de Huracán y ligado a los sectores macristas de SUTECBA. Su padre es el masajista del plantel profesional de Boca Juniors y trabaja allí desde la Presidencia de Macri en el Club de la Ribera.
Alejandro Pastore, quien al saberse fotografiado guardó su arma debajo de su remera, pertenece a los sectores dialoguistas del sindicato municipal que hicieron muy buenas migas y varios negocios con la actual administración porteña.
Varios de los punteros movilizados en las tres ocupaciones, Parque Indoamericano, Villa 31 de Retiro y Club Albariño involucra a varios legisladores del PRO, dentro de los que se destaca Cristian Ritondo, ligado a Eduardo Duhalde y hombre del menemista Miguel Ángel Toma. Este último estuvo en funciones en los temas de seguridad y desde allí arrastra alianzas y favores con sectores del submundo del apriete cuando no contactos con la propia Policía Federal, que en forma inexplicable participó codo a codo con la violenta Policía Metropolitana.

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DICIEMBRE 2010-12-18
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