El extraño triángulo Di Lonardo – Cavallo – Herrera de Noble.

Por Daniel do Campo Spada

BUENOS AIRES.- En los últimos días el Banco Nacional de Datos Genéticos determinó que los ADN de Marcela y Felipe, hijos adoptados en extrañas circunstancias por Ernestina Herrera de Noble (dueña del oligopolio Clarín) no coincidían con los de las familias querellantes. Luego se cruzó con los casos en los que las fechas eran próximas, dando un resultado similar. Faltan, con muy pocas expectativas, el resto de las doscientas familias que han depositado su sangre allí. La posibilidad de cambiar el ADN (que ya fue publicado por TV Mundus) se asocia ahora a la extraña historia de Ana María Di Lonardo.
La mencionada fue directora del BNDG hasta que por decisión propia se retiró del organismo el 5 de mayo del año 2006. En su último día, contrató a un escribano para que constatara todo lo que se llevaba de su despacho, que consistió desde cortinas, estanterías, papeles personales y una computadora. En este último elemento se teme que pudiera disponer de información clasificada que estaría a disposición de algunos estudios privados de abogados defensores de presuntos apropiadores de hijos de desaparecidos durante la última dictadura militar. La PC es una Pentium 4, 2.8 Ghz, con un disco de 80 G B y lecto-grabadora de CD-DVD, apta para almacenar la información del organismo encargado de preservar información sensible que solo se libera ante pedidos judiciales.
Di Lonardo, es representada ante el Estado por el estudio del ex Juez Gabriel Cavallo, que nada casualmente es ahora el patrocinante de Ernestina Herrera de Noble, sospechosa de una adopción irregular. Este cercano lazo ha despertado todas las suspicacias en cuanto al repentino cambio de actitud de Marcela y Felipe que después de diez años de trampas y cortapizas aceptaron dejar una muestra de su ADN. En la organización defensora de Derechos Humanos, Abuelas de Plaza de Mayo creen que sabían la información de antemano por lo que no prolongaron mas la situación.
La ex directora del BNDG también actuó como perito de parte en el caso de una joven en la ciudad de La Plata que se negaba a dar su identidad genética hasta que se contactó con ella, ante la presunta certeza de antemano sobre las coincidencias o no que ocurrirían. Tanto Gabriel Cavallo como Ana María Di Lonardo fueron considerados durante muchos años como artífices de una clara ejecución de la política de Derechos Humanos que obliga a la restitución de la propia historia a los nietos desaparecidos. Desde hace algunos años, con un sorpresivo pase a la vida privada modificaron completamente sus actitudes.

do Campo Spada, 2011 (C)
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JULIO 2011-07-17
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