EDITORIAL – Régimen | Macri abrió las sesiones ordinarias con un discurso alienado y ajeno a la realidad.

Redaccion marzo 01, 2018 0 Comment

Por Daniel do Campo Spada
(TV Mundus)

Mauricio Macri dio una imagen preocupante en el discurso de Apertura de Sesiones Ordinarias. Con frases vacías incluso repetidas sin gracia dijo “gracias, gracias, gracias” (dixit, tres veces), “ahora viene lo mejor”, “siempre pienso en lo mejor para los argentinos” (él, ¿de donde es?), “estamos creciendo” y otras cosas que solo puede creerle alguien que consume algún medio oficialista (que son el 95 % de los medios de comunicación). No reconoció la crisis ni la tensión ni los presos políticos, ni el derrumbe económico junto a la desintegración social creciente.
En todo su discurso, que leyó de punta a punta sin improvisar en ningún momento no dio nunca una sola cifra. “Cientos de”, “muchas”, “aquellos que”, pero en ningún momento una cifra en un claro enunciado de campaña pero con la diferencia de que lleva más de dos años de gestión en los que admitió que no sabe de economía ni cuanto cobra un jubilado. Por otro lado, no explicó por qué sus cuatro meses de vacaciones en solo dos años. Los resultados del desmadre están a la vista. Incluso se burló a decir que “hay un crecimiento invisible” (dixit).
La psicología muestra que muchos individuos superados por la realidad terminan creando universos falsos, paralelos, acomodando los acontecimientos para proteger su psiquis. Eso explicaría cuando dijo que “la inflación está bajando. La de 2017 fue más baja que la de 2016” (en la que a lo mejor no recuerda que ya era Presidente él y que en solo dos años acumula 72 %, llegando a 81 % si sumamos los dos primeros meses de 2018. Con un dólar que pasó de $ 9,50 a $ 20,45 equivalente a una devaluación del 215 %. Nunca llegaron inversiones y el 80 % de los dólares que ingresan en forma de deuda se van como “ahorro personal”.
¿Qué país ve Macri? ¿Creerá que le creemos? Si fuera así, ¿por qué se expande el insulto hacia su persona? Por supuesto que sus legisladores, propios (PRO, Unión Cívica Radical y Coalición Cívica) y aliados (Frente Renovador y los hombres de Miguel Pichetto) lo apluadieron en declaraciones vacías del tipo “vamos a estar mejor”, “seguimos creciendo”, “estamos dialogando” (mientras detienen a los opositores o bien cierran medios que no le son afines) fueron repetidas a cada caso.
Mientras despiden a trabajadores de la salud y dejan que los hospitales se derrumben, solo esgrimió que gracias a Internet los que viven en el interior pueden consultar a los médicos del Garraham sin moverse de su lugar… ¿No disponen de un médico próximo para sus hijos?
En la radio AM 750 en el programa La Mañana de Víctor Hugo Morales y Gustavo Campana dieron una opinión que por lo acertada es una sentencia. “Si leyendo dijo lo que dijo, ahora se entiende por qué (el PRO) no quiere cadena nacional, porque todo el mundo se enteraría de lo que son”.
Sus frases son cada vez más livianas. Siempre lo fueron, pero parecen estar agudizándose, como decir que el mar sirve para regular la temperatura, que internet nos cambió la vida y que todos tenemos derecho a disfrutar de un espacio verde. ¿? Nada sobre los desocupados, sobre la flexibilización laboral, sobre una justicia adicta que detiene a cualquiera que no sea macrista, sin explicar nada tampoco sobre la persecusión política y cosas realmente importantes.
Ni siquiera Carlos Menem se atrevió a tanto discurso vacío. “Vamos todos”, “por primera vez” acompañado de cualquier pavada y el latiguillo de la “transparencia” y el “diálogo” cuando estamos ante el gobierno más corrupto desde 1983 y por vía de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) lo que menos quiere es debatir.
Macri nunca fue un buen orador. Su formación cultural deficiente queda demasiado a la vista, pero ahora vemos que su realidad inventada parece haber tomado todo su esquema de pensamiento. Sus adláteres le cantaron “sí, se puede” (eslogan de campaña de la ultraderecha) y él sonrió satisfecho. Más que dando una lección, el Presidente y su Gabinete parecía estar bailando en la cubierta del Titanic y el iceberg parece estar demasiado cerca.