MUNDO – Medio Oriente | Alto al fuego en Siria: ¿confiar en los criminales genocidas que provocaron el conflicto?

Siria es un territorio deseado por las potencias occidentales.

Siria es un territorio deseado por las potencias occidentales.

Por Alfredo Hurtado.
(Misión Verdad-Venezuela)

Recientemente el gobierno sirio aceptó la propuesta de Estados Unidos y Rusia de un alto al fuego, sin duda condicionado por este último país quien ha prestado un apoyo más que vital para poder resistir la agresión genocida que data desde el año 2011.
Antes de la participación militar activa de Rusia en Siria, EEUU jamás hubiera negociado algún cese de hostilidades simplemente porque tenía ventaja en el campo de batalla. La situación ahora es distinta, los terroristas necesitan replegarse y reagruparse, además de tiempo para obtener suministros y elaborar estrategias con apoyo de los servicios de inteligencia de EEUU y Turquía.

El alto al fuego es una farsa. Rusia sigue confiando en la “buena fe” de EEUU, cosa que no existe. Están preparando una zona de exclusión aérea para una probable invasión terrestre desde territorio turco, necesitando para ello detener el avance del Ejército Árabe Sirio, sobre todo en la provincia de Alepo. Los terroristas aliados de la OTAN y sus vasallos abandonaron en masa la ciudad de Alepo a principios del mes de febrero a causa de la ofensiva gubernamental para recuperar la paz de sus ciudadanos. Como es de esperarse, Turquía les da la acogida.

Turquía: oveja negra de la OTAN

Turquía es el país miembro de la OTAN más al oriente, una especie de cuña en la región, un cuartel de avanzada de dicha organización. Durante la Guerra Fría, su territorio era una base importante de misiles nucleares de EEUU, los más cercanos que podía ubicar a la Unión Soviética. Luego de la “Crisis de los Misiles”, el bloque socialista aceptó retirar sus dispositivos nucleares de Cuba si EEUU hacía lo mismo con sus análogos en territorio turco. El mundo se salvó de la destrucción mutua asegurada por medio de este acuerdo.
Turquía ha sido tolerada como la “oveja negra” de la OTAN, la que ejecuta trabajo sucio en el Medio Oriente, claro está, con la luz verde de los pesos pesados de la organización. En un país militarista, que desde que está gobernada por el criminal de Erdogan aspira a rescatar su pasado otomano. Atatürk, el fundador del Estado moderno turco, consideraba que la relación entre Estado y religión no sólo era nociva para la sociedad, sino que no permitía el avance y la modernización del país. Por esta razón decidió que la nueva constitución estableciera un gobierno secular en el que la religión y sus costumbres no se inmiscuyeran en las leyes, cosa que Erdogan quiere revertir al tratar de islamizar el país.
Turquía tiene el récord de más periodistas presos en el mundo. El año pasado fueron detenidos dos periodistas a raíz de su investigación sobre suministro secreto de armas a yihadistas sirios por los servicios secretos de dicho país. Los militares turcos que se han resistido por principios a colaborar con el apoyo al terrorismo que destruye Siria, han sido encarcelados y vejados. Erdogan ha autorizado el bloqueo de redes sociales de origen occidental como Twitter y YouTube, y a pesar de ello los países miembros de la OTAN prefieren mirar hacia otro lado, lo que revela la doble moral que siempre los ha caracterizado.
Erdogan se niega a reconocer el genocidio armenio cometido por el extinto Imperio Otomano, y además ha agudizado la persecución, represión y aniquilamiento del pueblo kurdo tanto en Turquía como más allá de sus fronteras (Irak y Siria).

Arabia Saudita: monarquía vulgar y retrógrada, principal financista de la agresión contra Siria

Arabia Saudita, herencia grosera del colonialismo inglés, está gobernada por la criminal familia Saud. Retrógrados, criminales y vasallos, cuyas cuentas personales sustituyen a lo que en un Estado moderno es el Banco Central. Hasta el país tiene en su nombre el apellido “real”. Es un valioso aliado para los EEUU debido a que garantiza el chorro continuo de petróleo, además del financiamiento de cuanto grupo terrorista se atraviese para garantizar el status quo en la región.
Los Saud son vasallos que durante su historia han comprado su permanencia en el poder a costa de cumplir al pie de la letra cualquier mandato de EEUU. Esto explica la suicida política petrolera que vienen adelantando. Tienen un récord en violación de derechos humanos como muy pocos países en el mundo, lo que también revela el doble rasero de EEUU y sus lacayos de la OTAN.
Occidente usará el despliegue logístico que ha estado construyendo para la invasión a Siria
La gran chequera saudita ha financiado en buena parte el genocidio y destrucción de Siria. Ningún grupo terrorista aislado hubiera podido enfrentar una guerra de cinco años contra un ejército formal y profesional sin tener una constante y enorme fuente de recursos financieros y logísticos. Tal financiamiento no se hubiera dado sin tener la luz verde de EEUU y en general de la OTAN.
Hemos visto cómo de forma patética, cínica, arrogante y chocante, el ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel al-Yubeir, conmina al presidente Bashar Al-Assad a elegir entre la opción militar y la opción política, lo que significa renunciar al poder. La obsesión con el presidente sirio de la monarquía raya en lo morboso, en lo psicópata, en lo personal. Están frustrados y se nota mucho cuando lanzan amenazas por doquier. Sin EEUU son la nada. Unos voluntariosos guerrilleros yemeníes han puesto a morder el polvo a unos soldados sauditas muy bien equipados, pero faltos de moral y de un objetivo claro.
Adel al-Yubeir es el mismo que propone el suministro a los terroristas de misiles tierra-aire para derribar aviones rusos y sirios, y el que afirma además que “Rusia no podrá salvar al presidente sirio Bashar Al-Assad”.

Ingenuidad: pecado capital a estas alturas del conflicto que se desarrolla en Siria

La noche del 27 al 28 de febrero se produjo un ataque desde el territorio turco contra la ciudad siria de Tal Abyad que realizaron unidades terroristas apoyadas por artillería de gran calibre del ejército turco, lo que representa una violación flagrante del acuerdo de alto al fuego. A pesar de las exigencias rusas de explicaciones, el gobierno de EEUU titubea y evita la condena a las acciones criminales turcas. A EEUU sólo le interesa el tiempo necesario para la preparación de una invasión terrestre y el establecimiento de una zona de exclusión aérea.
El almirante estadounidense James G. Stavridis ya habló de un “plan B” para Siria, el cual excluye a Rusia en caso de un posible fracaso de la tregua. El alto al fuego da el tiempo necesario para prepararlo porque evita el imparable avance del Ejército Árabe Sirio en la provincia de Alepo, principalmente.
EEUU tiene meses construyendo una base aérea en territorio sirio, específicamente en la gobernación de Hasaka la cual se encuentra en manos de facciones kurdas. Arabia Saudita ya ha desplegado aviones de combate en la base aérea de Incirlik (Turquía), la misma de donde despegó el F-16 turco que derribó el Sukhoi 24 de la aviación de combate rusa sobre territorio de Siria.
La ingenuidad a estas alturas del juego es un pecado mortal. Tal despliegue logístico cuesta mucho dinero, y lo más probable es que lo usen. EEUU, Arabia Saudita, Turquía, Jordania y demás vasallos están claros que es el primer paso para imponer una zona de exclusión aérea para dar cobertura a los terroristas en tierra, y así inclinar la balanza a su favor.
Desde 2011, y con la aprobación de la OTAN, las petromonarquías del golfo financian a todo tipo de grupos terroristas que destruyen Siria, usando principalmente como cabeza de playa el territorio turco. Es imperdonable pensar que los modernos servicios de inteligencia de la OTAN jamás se dieron cuenta de tal financiación, del movimiento de armamento, de los campos de entrenamiento, del soporte y logística que existe en territorio turco, del saqueo del crudo sirio que va a parar a Turquía a través de interminables colas de camiones cisternas.

No es casualidad que el conflicto se haya precipitado en el año 2011
Siria: la delgada línea roja

A comienzos del mes de febrero, el ministro de asuntos militares del régimen de Israel, Moshe Yaalon, afirmaba que “Siria no volverá a ser lo que era antes del inicio de la crisis”. Cito: “…por desgracia, durante un periodo muy largo nos espera una inestabilidad crónica en Siria. Las estrategias dicen que vamos a unificar Siria. Sabemos cómo hacer una tortilla de huevos, pero no sabemos cómo hacer un huevo de tortilla”.
Yaalon también reveló que el régimen de Tel Aviv mantiene reuniones secretas con autoridades de los países árabes ribereños del Golfo Pérsico: “Existen varias vías para mantener contactos con nuestros aliados árabes y eso no sólo se limita a Jordania y Egipto, sino que incluye a los países ribereños del Golfo (Pérsico) y a los que se ubican en el norte de África”. La Liga Árabe ha claudicado.
La división de Siria siempre ha sido una de las prioridades del régimen israelí. Benyamin Netanyahu, sin rubor alguno, sostuvo en enero que la opción “más benigna” para Siria sería la “balcanización” o fragmentación. El plan es crear pequeñas republiquitas perfectamente dominables. Israel, consiguiendo su “espacio vital” a lo Hitler (¡qué paradójico!) y los vasallos del golfo consiguiendo su anhelado gasoducto hacia Europa.
Robert Kennedy júnior, sobrino del expresidente norteamericano John F. Kennedy, lo escribió recientemente: “La decisión de Estados Unidos de organizar una campaña para derrocar al presidente de Siria, Bashar al Assad, en gran parte se basó en la negativa de este mandatario a permitir el paso por su país de un gasoducto desde Catar hacia Europa”. Un “secreto” a voces, pero es de reconocer el que provenga de un respetable norteamericano.
No es casualidad que el conflicto se haya precipitado en el año 2011, fecha en la cual Siria, Irán e Irak firmaron un acuerdo sobre un gasoducto que conectaría el yacimiento iraní de South Pars, el más grande del mundo, con Siria y con el Mediterráneo.
La artillería turca atacó recientemente la base aérea de Menagh, liberada previamente por los kurdos, en el norte de la provincia siria de Alepo. Mientras estuvo en manos terroristas no la atacó nunca. Siguen concentrando divisiones blindadas en la frontera, en zonas que mientras el terrorismo en Siria parecía imparable, jamás se encargó de protegerlas. El actuar criminal del gobierno turco busca ir aumentando las tensiones, a las cuales se les pueden sumar ataques de bandera falsa dentro de su territorio para precipitar un punto de no retorno al que Rusia tendrá que enfrentar.
Los próximos días serán cruciales y determinantes en el futuro de Siria. Sea cual sea el desenlace, el pueblo sirio está haciendo historia al plantarse firme y responder a una de las agresiones más brutales del imperialismo y del sionismo.