EDITORIAL – Europa | El viejo continente muestra sus peores miserias maltratando a inmigrantes y refugiados víctimas de ellos mismos.

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Por Daniel do Campo Spada

Las imágenes de las últimas semanas saltaron a las pantallas y páginas de diarios de todo el mundo. Un niño sirio muerto en la playa y una periodista húngara pateando a inmigrantes que llevan hijos en brazo o a niñas de diez o doce años. Desde hace tres años, multitudes de víctimas de países africanos y asiáticos bombardeados por la OTAN son impulsados por su desesperación, abordando barcazas inmundas e inseguras en las que los traficantes de humanos los llevan en busca de un poco de aire para vivir. Del otro lado de las aguas o de los campos que cruzan a pie con apenas un bolso (y a veces ni eso) los esperan rubios soldados y policías que responden a las despiadadas órdenes de sus jefes políticos responsables del aniquilamiento de sus naciones.

Esta imagen sensibilizó al mundo, pero no a Europa. Solo en 2015 murieron 3700 náufragos.

Esta imagen sensibilizó al mundo, pero no a Europa. Solo en 2015 murieron 3700 náufragos.

El jefe de los católicos romanos, el argentino Jorge Mario Bergoglio ordenó que todas las iglesias, colegios, congregaciones y organizaciones de esa religión alberguen al menos a una familia en medio de la crisis humanitaria que se ve. Sin embargo, el racismo de ese continente que creció explotando e invadiendo al resto del mundo impide que esa “solidaridad” se vea.
Las cifras son todas irregulares y no oficiales, pero las más moderadas indicarían que en lo que transcurrió del 2015 murieron casi 4 mil personas de todas las edades, familias completas, que huyen hacia los mismos territorios de los paises que junto a Estados Unidos les arrojan bombas (en busca de un ejército inventado como es el ISIS) pagándole encima a traficantes de humanos que los cargan durante días en barcos sobre exigidos que terminan naufragando, o en camiones que luego son abandonados en una ruta cualquiera (como el que tenía 75 cadáveres en Austria).
Por otra parte los medios periodísticos europeos empiezan a distinguir entre inmigrantes ilegales y refugiados, aunque esta definición no responde a criterios políticos sino a una clara discriminación racial y económica. Los inmigrantes ilegales son los africanos del norte que terminan en las costas italianas, griegas y españolas. Llegan desde Libia, Túnez, Egipto e Irak. Los refugiados en cambio son los sirios, jordanos y libaneses que disponen de dinero para pagarle a los transportadores humanos. Los primeros son de piel negra y los segundos parecen el estereotipo europeo.
Una periodista húngara le hace una sancadilla a un sirio que corría con su hijo en brazos.

Una periodista húngara le hace una sancadilla a un sirio que corría con su hijo en brazos.

La Comunidad Europea, vergonzosamente se reparte a los inmigrantes como si fueran paquetes. Los alojan en andrajosos galpones o debajo de puentes ruinosos, donde los rodean las fuerzas de seguridad. Les reparten alimentos arrojándoselos como si fueran animales de un circo. Alemania, país jefe de ese continente imprime la mayor dureza hacia esos grupos humanos a los que desprecia y a los que ve como un problema económico, lejos de toda consideración humana.
Las imágenes de la periodista húngara de ultraderecha Petra Lazló pegándole a una niña de diez o doce años que corría llorando desesperada para superar la captura policial o poniéndole la pierna a un padre que corría con su hijo de ocho años en brazos que cayó aplastándolo es un símbolo de la miseria europea, que durante siglos invadió al resto de continente, utilizó a naciones enteras como esclavos y le robó sus riquezas, las mismas que adornan sus elegantes palacios. Ahora se presentan como víctmas de la tragedia que ellos mismos han generado. Quizás pensaron que sus acciones no tendrían consecuencia. Jamás imaginaron que esas naciones que aplastaron les tirarían con lo último que les queda. Quizás no recuerden cuando millones de ellos llegaban a nuestra América Latina y se los adoptó con las manos abiertas. Floja es la memoria y mucha la miseria.

do Campo Spada, 2015 © – ddocampo@tvmundus.com.ar
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SEPTIEMBRE 2015-09-16| TECUM – NOVO MundusNET Televisión
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