EDUCACIÓN | LA REFORMA Y LAS PRIVATIZACIONES: LAS DOS CARAS DEL MENEMISMO EN EL CONGRESO

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MartinezdeHoz_Menem Buenos Aires, 9 de Diciembre 2013 (Télam, por Silvia Rajcher).-Las privatizaciones, la precarización laboral y la reforma de la Constitución Nacional que democratizó el sistema electoral e incorporó institutos de participación popular, son los contrapuntos que tuvo el Congreso Nacional en la gestión de Carlos Menem, caracterizada por las políticas de ajuste.
En 1993 Carlos Menem, con un fuerte respaldo popular a la luz de que había frenado el proceso inflacionario del 89 y en pleno apogeo del plan de convertibilidad, instruye a sus operadores en el Congreso, los riojanos Jorge Yoma en diputados y Eduardo Menem en el Senado, para que avancen en una reforma constitucional que le permita la reelección.
El menemismo ya tenía consolidada una alianza con Alvaro Alsogaray, quien nunca había soñado que el peronismo iba a implementar un plan de ajuste, y otras bancadas de centroderecha que hoy acompañan a Mauricio Macri pero necesitaba al radicalismo para juntar los 172 votos en diputados y 36 en el Senado (todavía era de 48 miembros).
Los tiempos exigían celeridad y el enfrentamiento con el radicalismo que rechazaba el plan económico de Menem, aunque luego la Alianza lo mantuvo, las privatizaciones y en especial el sistema jubilatorio privado-una herramienta esencial para el plan diseñado por Domingo Cavallo-hacían hasta ese momento imposible alcanzar el piso de dos tercios de los miembros de ambos cuerpos legislativos.
Así apareció la propuesta del ucedeísta Francisco Durañona y Vedia de que se apruebe con los dos tercios de los presentes, y la reunión de Asuntos Constitucionales terminó en un verdadero escándalo con acusaciones cruzadas entre el radicalismo y el menemismo, pero con la certeza para la oposición de que el oficialismo no iba a detenerse para lograr la meta.
La polémica se extendió casi todo el año y mientras eso sucedía el oficialismo avanzaba en otras leyes para afianzar el modelo liberal que se aplicaba desde 1989. Así, en octubre de 1993, se votó una de las leyes claves del modelo: la privatización del sistema jubilatorio y la creación de las AFJP, cuyo sistema fracaso y fue derogado en el 2008. Si bien el menemismo tenía como único objetivo la reelección presidencial y estaba dispuesto a encarar negociaciones con la UCR como luego sucedieron cuando se firmó el Pacto de Olivos, no dejaba de avanzar en las privatizaciones.
Estas negociaciones entre el menemismo y la UCR permitieron alumbrar un acuerdo rubricado entre Carlos Menem y Raúl Alfonsín conocido como “Pacto de Olivos” que terminó incorporando cambios sustanciales en la vida institucional argentina, como la elección directa del presidente y vicepresidente de la Nación, de los senadores y la incorporación del tercer representante por la minoría, y la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires.
A propuesta de los radicales se creó el Consejo de la Magistratura quitándole al Congreso la potestad juzgar y remover a los jueces, así como mecanismos de participación democrática de la sociedad como la iniciativa popular y la consulta popular. Así la necesidad de declarar la necesidad de la reforma de la Constitución se aprobó en diputados por 191 votos y 56 en contra; la mayoría aportados por la UCR que se dividió como consecuencia del Pacto de Olivos, y en el Senado integrado entonces por 48 legisladores consiguió 32 contra 16.
En cambio en 1994 la Convención Constituyente centralizó la atención de los legisladores y en las iniciativas para reformar el sistema electoral para la elección de presidente, vicepresidente, diputados y senadores y en la ley reglamentaria de autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, que por primera vez les permitió a los porteños a elegir a sus autoridades.
Pero el gobierno menemista avanzó ese año a la luz de la contundente respaldo a Carlos Menem con otras iniciativas para excluir al Estado del manejo de recursos estratégicos como fue ampliar la cesión de acciones de YPF, ya que solo se quedó con una acción de la firma energética.
Pero también impulsó ese año para completar su modelo iniciativas de precarización laboral y así votó los proyectos de flexibilización laboral, de accidentes de trabajo, quiebras y concursos.
Los primeros meses del 97 comenzaron a marcar el declive del menemismo y el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas le otorgó un fuerte protagonismo a la oposición, que comenzó a criticar con dureza al empresario ligado al oficialismo Alfredo Yabrán, cuyos hombres de su entorno fueron encarcelados por este delito.
Empezaba a aparecer una oposición fortalecida con la creación de la Alianza entre la UCR y el Frepaso diseñada por Raúl Alfonsín, y se profundizaba las diferencias entre el menemismo y el duhaldismo que impulsaba la candidatura de su jefe Eduardo Duhalde para las elecciones del 99.(Télam).-