Análisis del Documento Conclusivo de Aparecida que el Papa Francisco le dio a Cristina Fernández. NOTA 2/5

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BUENOS AIRES (TV Mundus).- El Papa Francisco le dio a la Presidenta argentina Cristina Fernández un volumen con el Docimento Conclusivo de Aparecida, lugar sagrado en Brasil en el que se había reunido la Conferencia Episcopal Latinoamericana. El equipo de Notas Cristianas, integrante del Grupo Tecum – Novo MundusNET había publicado oportunamente cinco notas en donde se analizaban algunos de sus ejes. Los primeros análisis de los especialistas católicos romanos indican que ese documento podría ser la orientación del primer Papa latinoamericano, quien fue uno de los redactores finales.
TV Mundus republica aquí esa cinco notas publicadas a finales de 2008 y principios de 2009.

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Aparecida II. El consumo.

Por Daniel do Campo Spada

“La Iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y adoptando sus actitudes (cf- Mt 9, 35-36). Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de cruz (cf- Fil 2,8); siendo rico, eligió ser pobre por nosotros (cf. 2 Cor 8, 9), enseñándonos el itinerario de nuestra vocación de discípulos y misioneros. En el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre (cf. Lc 6, 20; 9, 58), y la de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo (cf. Lc 10, 4 ss). En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio”.
(DOCUMENTO CONCLUSIVO de APARECIDA, Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, 2007, Párrafo 31).

Cristo se manifiesta a través de sus fieles, de los documentos de su Iglesia y de la historia de su pueblo. En el medio surgen contradicciones. A cotidiano estamos incómodos con algunas decisiones tomadas por nuestros hermanos. El tiempo, gran sabio, termina demostrando quien tenía razón. Pero mas allá de esas cosas de nuestra comunidad que debatimos en otras líneas, también hay cosas que nosotros hacemos sin poner al Evangelio por delante.
La vida actual está teñida por el consumismo. Y cuidado con nuestra posición, que no pasa por oponernos a la tecnología, que también entendemos ha crecido por inspiración de Dios. Hablamos del consumo por el consumo mismo. No se trata tampoco de dejar de consumir, sino de hacerlo con criterio cristiano. ¿Puede haber un criterio cristiano de consumo? Aunque nadie ha escrito específicamente al respecto (o por lo menos no lo hemos leído aún), sabemos que el ejemplo de Jesús es la respuesta a todas la preguntas.
Desde hace unos años la tecnología de la telefonía móvil nos ha regalado un nuevo yugo que es el “celular”. De esa forma, en un mundo en el que es cada vez más difícil apartarse para estar con uno y con Dios, nos hemos echado el último eslabón de una invisible cadena de prisión. Por cuestiones laborales vivo conectado a la tecnología de la información de última generación, lugar en el cual se pone de manifiesto el consumo innecesario. Al momento de escribir esto llevo dos años sin celular. Sí, he dejado de usar el teléfono móvil. En un primer momento, en todos los lugares en que trabajo generó un gran revuelo y hasta grandes enojos! ¡¿Cómo no tener celular?! Aunque aún perduran los enconos, van cediendo. ¿Cómo alguien se va a atrever a negarse de consumir algo? Cuando líneas adelante hablábamos de las Fiestas y su dssborde gastronómico pasa lo mismo. ¿Cómo alguien se va a atrever a pensar para qué los rallyes gastronómicos?
Consumir cristianamente es reflexionar si realmente preciso de eso que voy a adquirir. Cuando compramos un vehículo. ¿Necesito un dispositivo que me pueda llevar de un lado a otro o debo comprarme el auto o camioneta mas grande que exista? ¿Lo compro para transportarme o para otra cosa? En esta respuesta está la diferencia entre un consumo normal y un consumo cristiano. Cuando Jesús nos invita a peregrinar, nos deja la enseñanza de hacerlo con poco equipaje.
Estudios socioeconómicos dicen que si todos tuviéramos que vivir como un norteamericano medio al planeta no le alcanzaría la energía ni los recursos. ¿Es necesario vivir como los estadounidenses? ¿Cuanto de ese consumo desmedido nos da felicidad, plenitud, amistad, amor?
La vida es la peregrinación y el equipaje es la forma de vivir. La elección es nuestra y no podemos echarle la culpa a los demás.

ENERO 2009-01-04
TECUM – NOVO MundusNET
Permitida su reproducción con mención de la fuente.

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